IRUÑEA
En la capital de Nafarroa, Iruñea, fueron casi 6.000 los votos obtenidos por
la plataforma Iruñea Berria, y UPN quien se sentó en el sillón que les
pertenecía. Pese a que la plataforma abertzale puso sobre la mesa al igual
que en la mayoría de los ayuntamientos de Hego Euskal Herria diferentes
propuestas para superar el apartheid, el electo Joxe Abaurrea denuncia que «no
prosperaron por falta de voluntad política».
Recuerda que en la etapa electoral de 2003 propusieron a IUN, EA y Aralar que no tuvieran en cuenta los votos «oficiales», pero asegura que fue una posición que «sólo IUN respetó». Más tarde trataron de abrir una dinámica con los agentes políticos para acordar un protocolo de actuación para hacer frente al apartheid en el ámbito municipal, pero no prosperó.
Abaurrea distingue dos etapas en estos años. Por un lado, la superación del «impacto del pucherazo que supuso un gran golpe», y por otro lado, «asumida la nueva situación», la progresiva mejora de la dinámica política. «El mayor problema ha sido asumir sicológicamente esta difícil situación, y después abrirnos paso en un escenario en el que nadie salvo Iruñea Berria ha hecho el más mínimo esfuerzo», apunta Abaurrea.
Pese a todo, Abaurrea realiza un balance positivo, «porque lejos de desaparecer, tal y como preveían», afirma mirar con confianza al futuro. «Hemos sido la única fuerza con capacidad de movilizar y trabajar en la calle», afirma.
Desde Iruñea Berria destacan la incidencia de no estar presente en el Ayuntamiento, señalando que «en esta etapa la derecha ha campado a sus anchas sin un contrapeso eficaz». A juicio de Abaurrea ha quedado patente que «Iruñea Berria representa una forma de municipalismo con estilo propio, basado en el trabajo, la coherencia y la denuncia permanente de la corrupción y del abuso». -