MADRID
Juan José Urrutia, senador de Eusko Alkartasuna en la Cámara Alta española, preguntó ayer al ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre el final de la dispersión de los presos políticos vascos y la transferencia al Ejecutivo de Lakua de la gestión de las prisiones de Langraiz, Basauri y Martutene.Rubalcaba dedicó su respuesta a echar balones fuera. «En algún momento tendremos que hablar del marco de las prisiones y de la política penitenciaria, pero no creo que sea éste el momento», manifestó antes de apostillar que cuando llegue ese momento «nos sentaremos a hablar, pero creo que todavía no se dan las circunstancias».
El titular de Interior eludió cualquier concreción y se limitó a declarar su voluntad de «seguir trabajando» con el Ejecutivo de Lakua.
Urrutia recordó que la transferencia de las prisiones está recogida en el Estatuto de 1979, fecha desde la cual han transcurrido casi veintisiete años «y todavía la competencia no ha sido atendida ni por el PP ni por el PSOE». Al respecto, denunció la «insufrible» situación en la que se hallan sobre todo las cárceles de Langraiz y Martutene, cuyas estructuras están «totalmente deterioradas».
En cuanto a los presos políticos, subrayó que «las circunstancias han cambiado» a raíz del alto el fuego de ETA y que la buena marcha del proceso pasa por su «acercamiento» y «posterior excarcelación».
Alfredo Pérez Rubalcaba no entró al fondo de la cuestión y apuntó que «aunque estamos lejos de lograr los objetivos que pretendemos, qué duda cabe que estamos en el camino correcto».