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Gara > Idatzia > Mundua 2006-05-29
Karen MARON
Colombia vive una jornada electoral blindada
·El despliegue militar y el compromiso de la guerrilla garantizan una votación tranquila

El despliegue policial organizado por Alvaro Uribe para la jornada electoral dio el fruto esperado. La convulsa Colombia vivió un día de calma. Uribe alabó la «fiesta de la democracia», pese a las trabas a los opositores en la campaña y las denuncias de desapariciones de líderes de izquierda.

BOGOTA

«Que San Pedro nos ayude», decía el Alcalde Mayor de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, pasadas las 8 de la mañana bajo un cielo plomizo y lloviznas intermitentes que humedecían tenuemente la histórica Plaza de Bolívar, el corazón de la capital.

Parecía referirse a los buenos augurios electorales del candidato Carlos Gaviria del Polo Democrático Alternativo, agrupación al que pertenece también el gobernante de la ciudad. Pero, aparentemente, sólo rogaba por las condiciones meteorológicas.

«Estamos impresionados de cómo se ha preparado el evento», manifestó Santiago Murray el jefe de misión de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA) bajo la ligera lluvia. «Lo organizaron muy bien sobre todo con respecto a la seguridad pública», señalo el observador de procesos electorales.

Minutos más tarde en Medellín, Gaviria depositaba su voto acompañado por sus cuatro hijos y un optimismo desbordante. «Me gusta que se haga política sin injurias, sin ofender», fueron sus primeras palabras a la prensa. «El país está tranquilo y sin entorpecimiento del proceso electoral», remarcó el candidato por la izquierda.

A las 8:34, en la mesa 001, votó el presidente Alvaro Uribe Vélez. El candidato por la reelección llegó junto con sus dos hijos, Tomás y Jerónimo, y su esposa Lina Moreno. Con un sobrio traje gris claro, camisa blanca y corbata verde, el primer mandatario recibió de parte del jurado electoral el tarjetón, se dirigió al cubículo y depositó su votó en la urna instalada frente al Palacio Presidencial.

«Agradezco a los colombianos que hacen posible esta fiesta de la democracia», decía el presidente. «También agradezco el heroísmo de los policías y militares de la Patria para que los colombianos puedan ejercer este bello derecho porque la democracia es un tesoro», concluyó. Más de 360.000 efectivos de las fuerzas de seguridad se desplegaron en todo el país. «Estas elecciones son históricas en materia de seguridad», afirmó Hernando Angarita Figueredo el Viceministro de Interior. «Se estima de cada 100 colombianos, el 99,26% tiene protección de la fuerza publica», señaló orgulloso el funcionario.

Uribe, alumno aventajado de George W. Bush, utiliza la seguridad como su gran baza para ganar las elecciones.

Desde la tarde del viernes la capital se militarizó en forma evidente. Patrullas conformadas por soldados del Batallón de Infantería estaban apostados en posiciones estratégicas de la ciudad. Algunos con los fusiles terciados y otros en actitud de alerta, recorrían las arterias lindantes a edificios considerados objetivos militares de la guerrilla de las FARC.

Los UH-1H, conocidos con Huey, ­helicópteros adquiridos a través del Plan Colombia­ efectuaban vuelos de inspección, mientras los Black Hawk de la Policía Nacional realizaron desplazamientos discretos en las horas previas a la apertura de colegios. El espectacular operativo de seguridad contemplaba la incursión de los F16 de la Fuerza Aérea que estaban alerta para despegar desde las bases militares en la capital.

«Oportunidad para cambiar»

«Es un buen día para Colombia», manifestaba Humberto Patiño levantando su dedo índice coloreado con tinta indeleble, el método que utilizó obligatoriamente la Registraduría Nacional para evitar fraudes. «Tenemos la oportunidad de cambiar la historia de nuestro país y apostar por la paz», decía Patiño cuando salía del centro de exposiciones preparado para recibir a 400.000 electores.

Pasadas las primeras horas, el hallazgo de explosivos, gasolina y otras sustancias empleadas en la fabricación de bombas dentro de la Universidad Nacional empañaron el inicio de la votación. Tampoco faltaron quienes pretendieron votar dos veces o la detención de algunas personas «por violación a la ley seca», ya que que se presentaron a los colegios electorales «totalmente ebrios».



Apuntes
«Resucitan» 800 dados por muertos

Al menos 800 ciudadanos que aparecían en los registros oficiales como «muertos» en las legislativas del 12 de marzo en el departamento de Caldas, pudieron votar ayer. Las autoridades les entregaron un documento provisional para poder acudir a las urnas, mientras se gestiona su «resurrección».

También votó la diáspora colombiana

Los colombianos residentes fuera de su país también pudieron votar. Venezuela, el país que cuenta con más centros de votación para estas elecciones, se esperaba la participación de 80.000 colombianos. También abrieron varias sedes diplomáticas en EEUU, Gran Bretaña y el Estado español.

Diez guerrilleros y tres soldados muertos

A pesar de que las autoridades insistían en que la jornada electoral se desarrolló en calma, al menos 10 guerrilleros y tres militares murieron ayer, hechos que el ministro de Interior y de Justicia, Sabas Pretelt, calificó de «menores» y que «no comprometen» la jornada de los comicios.


 
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