Las bandas se aprovechan del clima caótico en Dili
BAGDAD
La violencia continuaba ayer en Dili, la capital de Timor Oriental, pese a la presencia de tropas internacionales. Después de tres días de enfrentamientos entre el Ejército y un grupo de 591 soldados que se rebelaron tras ser despedidos, bandas de jóvenes desvinculadas de los militares tomaron protagonismo y actúan en varios vecindarios donde destruyeron casas, rompieron cristales e incendiaron coches. Las tropas australianas, malasias y neozelandesas completaron su despliegue, pero no podían controlar la situación. Mientras, unas 50.000 personas se refugiaron en iglesias y otros lugares.
Pese a que la violencia ha incrementado la tensión en el dividido Gobierno de Timor Oriental, el primer ministro, Mari Alkatiri, descartó la posibilidad de dimitir, después de reunirse durante una hora y media con el presidente, Xanana Gusmao.
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