Es lo que, mañana sí y tarde también, recomiendan los sociatas a Batasuna. Y no es porque la referida se encuentre medio inmóvil o patirrenga. Al revés, en estos últimos tiempos lleva tal marcha que resulta trabajoso seguirle: de Anoeta al Kursaal, de éste a Barakaldo, del BEC a IruñeaŠ Seguro que se me olvidan unas cuantas estaciones. Así y todo, todavía tiene que dar muchos más pasos a juicio del PSOE que, de esto, sabe un saber.

Tiempos hubo en que un tirano campaba a sus anchas por estas tierras. Provocó tremenda escabechina, pero no le pareció suficiente. Tricornio en ristre y mediante justicia propia, decidió que en la España liberada no cabría más partido que el suyo. Muy gracioso. Todos las demás quedaban prohibidos. Y, si alguien osaba ejercer tales actividades, debería atenerse a las consecuencias: se las vería con una justicia obsecuente, sufriría cerrojo y sus deudos y familiares, incontables pesadumbres. Franco terminaba sus días y su régimen sufría acoso internacional. No le quedó más remedio que entreabrir el portón e invitar a cruzarlo a quienes lo solicitaran. Por allá rondaron socialistas nuevos que se hacían llamar Isidoro y otros seudónimos por el estilo. Los guardianes del resquicio se mantuvieron obstinados. Si el PSOE pretendía cruzar la entrada debería de dar pasos (curiosamente, la misma tararira). ¡Y vaya si los dio! Quienes se proclamaban marxistas se despojaron de tal antigualla y se cubrieron con finos tejidos socialdemócratas. Eran republicanos y en un plisplás se convirtieron en monárquicos. Se les franqueó la entrada y avanzaron por los pasillos de esta «democracia». Aborrecieron su fervor autodeterminista como exceso de juventud. Se les abrían nuevos aposentos a medida que daban nuevos pasos. Renegaron de los socialistas que habían sido rematados en los ribazos y de quienes habían guerreado por la justicia social. Juraron, en fin, que olvidarían la historia para alivio de los matones. Tantos pasos dieron que llegaron hasta el mismo puesto de mando que años antes ocupara el general. Triste recorrido. Las víctimas de ayer copian modos del victimario. Hoy son ellos quienes cierran el portón con la misma cantinela del franquismo. Quien no haga el recorrido que ellos señalan no pasa de ser un despreciable escarabajo.

El PSOE tiene que dar pasos, y no pocos, si quiere salir de la fiemera. En su anterior gobierno hizo muy feo papelón cuando intentó imitar al tirano matagentes. En esta nueva oportunidad se está volviendo a enfangar, ya que intenta revivir al caudillo persiguepolíticos. -