GARA

PARIS

Toda la seguridad y los deseos de victoria de Roger Federer quedaron ayer en entredicho en la primera ronda de Roland Garros, donde el argentino Diego Hartfield, de la fase previa, le puso en peligro en los dos primeros sets, antes de ceder fruto de su inexperiencia.

En una jornada histórica, pues era la primera vez que el torneo comenzaba un día antes, en domingo, Federer pudo sufrir un gran descalabro. Hartfield está situado en el puesto 157 esta semana, y nunca hasta ayer había disputado un partido que no fuera más allá de la categoría challenge, después a punto estuvo de dar la sorpresa en la pista Phillippe Chartrier. Aunque Federer se impuso por 7-5, 7-6 (2) y 6-2 en dos horas y media, sufrió demasiado y se mostró muy irregular (49 errores no forzados). Ahora se medirá con el ganador del partido entre el colombiano Alejandro Falla, de la previa, y el estadounidense Justin Gimelstob.

El suizo admitió que el partido contra Hartfield fue más difícil de lo esperado y lo achacó «al viento, al desconocimiento del rival y a jugar en domingo. Yo había pedido no jugar el domingo, pero no me hicieron caso. No es fácil empezar un torneo así. Además, no vuelvo a jugar hasta el miércoles, tendría tiempo para irme a Suiza y regresar», indicó un tanto indignado con los organizadores de los Grand Slam, «que no nos hacen caso». En el cuadro femenino, Amelie Mauresmo debutó por primera vez como primera favorita en Roland Garros, y despachó a la estadounidense Meghann Saughnessy por 6-4 y 6-4.

A diferencia de los últimos años, Amelie ha llegado a París sin jugar las dos pasadas semanas, mas descansada y con menos presión. El hecho de tener ya un grande en su palmarés, el Abierto de Australia, y haber ganado el Masters, ha servido para garantizar parte de sus objetivos y ha tranquilizado su juego. Con la francesa alcanzaron la segunda ronda, la japonesa Ai Sugiyama (22) y la rusa Dinara Safina (14).