Ingo NIEBEL
Las reformas neoliberales generan problemas a la Gran Coalición alemana
El Gobierno de Angela Merkel quiere endurecer las normas para la ayuda a los desempleados. El debate interno separa a cristianodemócratas y socialdemócratas. El Ejecutivo prepara duros castigos para los que no acepten la tercera oferta de empleo y el trabajo gratis de los que dependen de la ayuda pública. En la calle crece la protesta contra la aplicación del credo neoliberal. La izquierda habla de los recortes más severos desde la Segunda Guerra Mundial.
BERLIN
La Agencia Federal de Trabajo ha informado esta semana de que en abril bajó el número de parados en 187.000, colocándose en 4,79 millones el 11,5% de la población activa. Es una mejora de 0,5 puntos comparado con marzo. La Federación de la Industria Alemana (BDI) espera una ligera mejoría a lo largo del año que se debe al auge de la economía alemana, que podría alcanzar el 2% en el 2006. Nop falta quien apunta a que tienen que ver los mundiales de fútbol, cuyos preparativos y su realización han generado cierta demanda de mano de obra. La BDI habla vagamente de que este año se podría detener la eliminación de puestos de trabajo. Sin embargo, un mínimo de 4 millones de personas más se quedará en el paro. A ellos, sobre todo al grupo de los que llevan ya mucho tiempo en el desempleo, les espera más control e incluso durísimos castigos si rechazan tres trabajos ofrecidos por la Agencia de Trabajo. Los programas de TV han secundado esta iniciativa informando de los supuestos «aprovechados» que se niegan, por ejemplo, a cosechar el espárrago en el campo. Gracias a esta generalización se ha extendido la imagen de que todos los que están sometidos a la reforma social, al programa «Hartz IV», son vagos que se aprovechan de la sociedad. Tras conocer los nuevos castigos, una afectada reaccionó denunciando que «están castigando a los que no tienen trabajo por estar en el paro.» Para los 4,79 millones desempleados hay 500.000 puestos libres. Además, estos días se ha hecgo público que la reforma social «Hartz IV», iniciada por el gobierno de Schröder, cuesta más de lo pensado. Su idea original era reducir los gastos que el paro causaba al Estado. Sobre la «reforma de Hartz IV» se ha originado una disputa abierta entre los socios de Gobierno. El vicecanciller y ministro de Trabajo, el socialdemócrata Franz Müntefering, criticó que determinados ministro-presidentes cristianodemócratas cuestionaran abiertamente los acuerdos alcanzados entre el SPD y la CDU/CSU. Los democrístianos contestaron acusando al SPD de decir siempre «no» a todo. Ambos partidos están nerviosos porque según los sondeos la canciller Merkel sigue perdiendo simpatías, mientras el SPD no sube.
Protestas sectoriales
Estos meses los médicos de los hospitales públicos llaman la atención con espectaculares acciones con las que reclaman una subida de sueldo y la mejora de su situación laboral. Sus huelgas han puesto a las clínicas y universidades en una difícil situación. Es la primera vez que en Alemania se produce una huelga en el sector. Mientras, estudiantes asaltan de forma regular los rectorados de las universidades para evitar que en adelante cada semestre les cueste 500 euros.La manifestación de hoy, convocada por los sindicatos, el socialista Linkspartei y el movimiento antiglobalizador Attac, es una expresión del malestar social por la política neoliberal del actual Ejecutivo. El enfrentamiento se agudizará ya que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo en Europa (OCDE) anima a Merkel a seguir con su política.
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