Críticas, halagos y palmaditas a la aspirante del PS al Elíseo
La aspirante por el PS a competir por el Elíseo, Ségolène Royal, se reafirmó ayer en sus propuestas draconianas en materia de seguridad. Protestas que cosechan duras críticas de la izquierda, aplausos de los sectores más rancios del PS y de los republicanos de izquierda y el regocijo tanto de la derecha en el poder como de la ultraderecha de Le Pen.
PARIS
La presidenta de la región de Poitou-Charente reiteró en televisión la batería de medidas en materia de «seguridad» que propuso a mediados de semana en una simbólica visita al extrarradio de París. «Yo no me sitúo en el terreno de Nicolas Sarkozy (ministro de Interior del Gobierno de la derechista UMP), me sitúo en el terreno de la gente que sufre», aseguró la compañera del primer secretario del PS, Francois Hollande, y aspirante a emprender la carrera a la presidencia en 2007.Royal justificó sus medidas, entre ellas el encuadramiento militar de los jóvenes condenados por participar en revueltas, la suspensión de las ayudas a sus familias, asegurando que «la izquierda debe encontrar respuestas nuevas siendo fiel a sus valores». Por de pronto, apuntó como valores propios su condición de mujer «una mujer quizás puede solucionar mejor estos problemas» y de madre «quiero hacer con los niños de este país lo que haría con mis propios hijos».
«Escalada demagógica»
Las formaciones a la izquierda del PS, los verdes y los sindicatos han coincidido en denunciar la «línea reaccionaria» de Royal y en denunciar «la escalada demagógica» patente entre la élite de la clase política francesa en materia de «seguridad». Los sindicatos han mostrado su «perplejidad» y el mayoritario Sindicato de la Magistratura las ha calificado de «simplistas» e «ineficaces».Siguen, además, lloviéndo sobre Royal las críticas de los sectores del PS más a la izquierda y de sus rivales internos en la carrera al Elíseo. Si la víspera fue el ex ministro Dominique Strauss-Kahn, ayer le tocó el turno al ex primer ministro Laurent Fabius: «No merece la pena que haya dos (candidatos al Elíseo)», ironizó. «Si hacemos nuestras las recetas de Sarkozy no vamos a lograr mejores resultados», vaticinó, evocando el descalabro de las presidenciales de 2002. No falta quien asegura que sus rivales internos se frotan las manos esperando que Royal se esté labrando su tumba política. Por contra, Royal ha recibido el aplauso de otros dirigentes de su propio partido. «En un mundo social y económicamente cada vez más violento, hay que ser irresponsable para no buscar soluciones novedosas», señaló Christophe Girard, la adjunta del alcalde de París, Bertrand Delanoë.
Elogios desde el PS
Manuel Valls, alcalde del extrarradio de París, coincidió en que «ella no ha derrapado, ha dicho alto y claro lo que se espera en los barrios populares».A medio camino, el diario “Liberation” se pregunta si «el conservadurismo royalista puede ayudar a la izquierda a ganar sin renegar de sus ideas». Y responde pidiendo un debate sereno, asegurando que «la propuesta segoliana es más aplaudida que criticada en los barrios populares». Elogiada por el republicano «de izquierda» y ex ministro de Interior Jean-Pierre Chevénement, la ex ministra Royal sigue recibiendo los regocijados parabienes de la derecha. Y de la extrema derecha. El dirigente del Frente Nacional Carl Lang señaló que «la lepenización de los espíritus supera todas nuestras expectativas» y mostró su temor por la «ruda competencia que le espera a la formación de Le Pen en materia de seguridad.
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