Reñidas elecciones en la República Checa
PRAGA
Ocho millones de checos están llamados a votar, entre ayer y hoy, en unas elecciones legislativas tras las que se espera un escrutinio de infarto, más ajustado aún que en anteriores citas, siempre sorprendentes habida cuenta de la atomización del voto (más de veinte candidaturas) del país.Las últimas encuestas auguraban una ligera ventaja a la oposición de derecha (ODS), de Mirek Topolanek, sobre el Partido Socialdemócrata (CSSD) del primer ministro Jiri Paroubek. El Partido Comunista de Bohemia y Moravia (KSCM), de Vojtech Filip, se perfilaba como tercera fuerza cuenta ya con un 20% de los escaños en la Cámara Baja y todo apuntaba a que, como ocurrió en las investiduras de Paroubek y del presidente, Vaclav Klaus, consolidará su condición de bisagra. El candidato derechista, Topolanek, tildó la cita electoral de «excepcional» porque, a su juicio y por primera vez desde 1989, puede dar la llave del poder a los comunistas.
Comunistas de viejo cuño
La socialdemocracia en el poder, cuyos líderes se presentan a sí mismo como furibundos anticomunistas, rechaza una coalición con el KSCM, que se reclama fiel al legado de la Checoslovaquia del Bloque Oriental, a no ser que sea «en la sombra».Las encuestas auguran la entrada en el nuevo Parlamento del Partido Verde (SZ), que cuenta con el simbólicamente importante apoyo del ex presidente Vaclav Havel. No obstante, esta nueva formación aparece lastrada por la falta de cohesión entre las corrientes liberales, anarquistas y trotskistas en su seno. Lo que se da por hecho es la desaparición de la derechista US-DEU, escisión de la ODS que paga su participación en el Gobierno saliente. El día después marcará el inicio de duras negociaciones.
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