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Gara > Idatzia > Ekonomia 2006-06-04
Nacereddine SEKRI | Jefe de la Unidad de Agricultura de la Comisión Europea
«Los agricultores deben darse cuenta que están en manos del mercado»
El responsable de Agricultura de la Comisión Europea indicó a GARA que el sector primario debe adaptarse al mercado, como lo están haciendo otros sectores de actividad económica. Nacereddine Sekri indica que «los recursos económicos no son ilimitados»y, por lo tanto, «son necesarios los ajustes de los mecanismos de intervención». Es decir, se reducirán las ayudas.

El reciente debate sobre la política agraria en Euskal Herria, que fue organizado por el CES Vasco, dio pie a la participación de Nacereddine Sekri, jefe de la Unidad de Agricultura de la Comisión Europea, quien explicó en qué momento se encuentra las diferentes actuaciones de Bruselas en el sector y reconoció que la normativa agrícola actual es «la más equilibrada», ya que, a su juicio, ofrece «un marco estable». De sus palabras se desprenden muy pocas razones para el optimismo para el sector agroganadero vasco.

La Comisión Europea no hace una apuesta por una agricultura de calidad y sostenible, donde sean los agricultores precisamente quienes obtengan una renta adecuada para vivir y mantener el ecosistema. No. Sekri expresó a GARA que debe ser el mercado el que regule el sector y, por lo tanto, las grandes empresas continuarán con su política de productivismo, que arrasa con el pequeño y mediano agricultor. Esto se produce precisamente con unos sistemas de ayudas para la estabilidad de la renta de los agricultores que es injusta, porque un 6,47% de los agricultores recibe el 54,7% de las ayudas.

­¿En qué situación se encuentra la Política Agraria Común?

La reforma Política Agraria Común (PAC) es un proceso que empezó en 1992. Se desarrolló con la Agenda 2000 en Berlín, aunque a finales de 1999 el Consejo Europeo llegó a un acuerdo, que fue adoptado en marzo. Le sobrevinieron las reformas de 2003 y 2004 con dos paquetes. El primero, en julio de 2003 en Luxemburgo, el segundo paquete se dirige más a cultivos mediterráneos: aceite, oliva, algodón, etc, que se aprobó en abril de 2004.

­También se reforman cultivos concretos, como ocurrió con la OCM del Azúcar que, por ejemplo, provocará la reducción de 400 remolacheros en Araba.

Tras las grandes líneas, después hemos tenido la reforma del mercado del azúcar. El acuerdo político fue en noviembre de 2005 y la reforma fue adoptada en febrero de 2006. Ahora tenemos que continuar con el sector de frutas y hortalizas, vino. Debemos adecuar la producción. No hay más remedio. Hemos hecho un estudio para la OMCde frutas y hortalizas que se concretará este año. Para el vino hemos tenido una convención en Bruselas el pasado 16 de febrero con todos los actores del sector. Vamos a presentar opciones para la reforma en este semestre, antes del verano.

­¿Hacia dónde irán los cambios en esos cultivos?

No se pueden dar detalles. Pero se ofrecerán dos o tres opciones, como se hizo con el azúcar. La Comisión Europea presentó cuatro opciones para el azúcar. Cada una tenía sus ventajas e inconvenientes, aunque desde la Comisión teníamos una preferente. Con el sector del vino, se hará lo mismo.

­¿Por qué se extiende en el tiempo la reforma agraria europea? ¿Aqué obedece?

Se trata de muchas organizaciones comunes de mercado y muchos cultivos. No se pueden hacer en un sólo día. En realidad, la reforma no estará acabada nunca, porque es un proceso continuo. De hecho en 2008 y 2009 vamos a tener otra revisión de la PAC, porque funcionamos en un cuadro limitado de presupuesto y se debe revisar para evitar desviaciones financieras. No tenemos muchas opciones, pero se tiende a la reducción de la financiación.

­¿Por qué se están reduciendo las partidas económicas destinadas a la PAC?

Sí, hay una reducción presupuestaria. Bueno. La verdad es que la primeras propuestas de la Comisión Europea estaban muy altas. Me acuerdo que la propuesta de julio de 2004 llegó como a 96.000 millones, con 7.000 millones de modulación. El Consejo de Europa de diciembre la redujo, con la presidencia de Luxemburgo, a 74.000 millones. El acuerdo final de diciembre de 2005 se situó en 59.750 millones, con 7.000 millones más de modulación. Después el Parlamento europeo corrigió al alza, por un poco más, pero lejos todavía de la cifra inicial. Se puede decir que el presupuesto está bajando, porque, también se está produciendo la ampliación de la UE. En uno o dos años vamos a pasar de 25 a 27 estados miembro dentro de la UE.

­¿Los agricultores lo tienen más difícil para recibir ayudas en este momento? Y, ¿en el futuro próximo?

No. No creo que se pueda decir eso. Solamente que el proceso de reparto y modulación de las ayudas se destina más a quienes lo necesiten más.

Pero usted sabe que eso no ocurre así, porque un 6,47% de los agricultores obtienen más de la mitad de las ayudas

Bueno. Lo que se puede decir es que en la reforma hay tres factores para conceder ayudas: la disociación del apoyo, que es el pago único; la condicionalidad, que establece condiciones para acceder a un presupuesto oficial; y la modulación. Esta última es un proceso que se reduce la ayuda a alguien para entregársela a otro con más necesidad. También se debe tener en cuenta que debemos llegar a un acuerdo en la negociación de la nueva Ronda Doha, que va a influir en el cuadro presupuestario. Esperamos concretarlo antes de final de julio de 2006. Haya o no acuerdo, afectará al cuadro presupuestario, sin ningún tipo de duda, porque siempre ha sido así cada vez que hay negociaciones.

­¿Se puede decir que la reforma de la PAC va por buen camino y que garantiza el sostenimiento de los pequeños y medianos agricultores en el futuro?

Va por buen camino. Uno tiene que tener confianza. Bueno, la reforma no es un proceso acabado, es un proceso continuo, porque la vida es así. Es una actuación amplia y, por otro lado, ofrece un mercado estable a medio plazo, aunque está condicionado también por el resultado de las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio, como ya le he dicho con anterioridad. Creemos que debe producirse un resultado equilibrado, que no condicione al sistema europeo.

­Sí, pero insisto que los agricultores se quejan de que les llega menos dinero y, sin embargo, las grandes empresas son las que se están beneficiando.

Entiendo la queja. Hay un sentimiento que va en esa dirección. Para algunas producciones se va al sistema de disociación de ayudas y el pago único para algunos cultivos va a desaparecer y, sin duda alguna, eso preocupa entre los agricultores. De todas formas, creo que no está justificado el temor. Hay que cambiar de modelo de producción.

­¿Aqué modelo se refiere?

Para el agricultor, uno de los mensajes de la reforma es que el agricultor debe ajustarse más a las señales del mercado. Antes el proceso no estaba así, El agricultor es un empresario como en cualquier otro servicio, debe escuchar lo que está pasando en el sector, por lo tanto debe tener en cuenta los cambios que se están produciendo también en el mundo empresarial agrícola.

­Eso supone dejarles en manos de las grandes multinacionales

El mercado va por ahí.

­¿Qué plantea la Comisión Europea en cuanto al encarecimiento del combustible?

Es cierto que el agricultor está soportando un mayor coste por el encarecimiento de la energía que debe consumir en su trabajo. En este sentido, la Comisión Europea trabaja en una nueva iniciativa de estrategia de la Unión Europea a favor de los biocarburantes. El objetivo es facilitar el uso de los biocombustibles y permitir que la producción y el uso sean globalmente positivos para el medio ambiente. También debemos prepararnos a un uso a largo plazo de los biocarburantes. Por eso se debe mejorar la competitividad y desarrollar la investigación sobre biocarburantes de segunda generación, para lograr extender su uso y poder rentabilizar cultivos, que se destinarán a este segmento de actividad energética.

­¿Preocupa a la Comisión Europea el crecimiento de China e India en este momento?

Sí preocupan. Son países muy importantes, para los cambios. China, más para la industria. La Unión Europea es un gran exportador, pero también importador de mercancías industriales y agrícolas. China exporta mercancía industrial, agrícola y textil.

­¿La UE se beneficiará del potencial chino, o ocurrirá lo contrario?

China es un país importador de mucho grano. Va a ser un país consumidor, más que exportador. Eso puede tener efecto sobre los precios. Pero no sabemos todavía que pasará y si repercutirá sobre los precios, como sí está ocurriendo con los carburantes, entre otras muchas razones. De todas maneras, además de los acuerdos multilaterales que se fijan en la OMC, llevamos adelante acuerdos bilaterales a nivel mundial con muchos países para mejorar el comercio. -


 
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