ATENAS
Marcus Gronholm (Ford) consiguió la victoria final en el Rally Acrópolis de Grecia, relegando al francés Sebastien Loeb (Citröen) a la segunda plaza. El finlandés se limitó a cuidar su coche y a asegurarse el triunfo en una prueba en la que la dureza es una de sus principales características.Por su parte, el noruego Petter Solberg (Subaru) fue quien puso el espectáculo en la última jornada, ya que se decidió a atacar consiguiendo el mejor tiempo en los cuatro primeros tramos, después de que se viera obligado a abandonar el sábado.
El fin de fiesta de la quincuagésimotercera edición del Rally Acrópolis fue una superespecial en el estadio olímpico de Atenas, de 2,8 kilómetros y sobre asfalto, el mismo con el que se inició la carrera y Marcus Gronholm se dio el gustazo de acabar en plan campeón.
Para el finlandés, esta victoria es la tercera de la temporada, tras las conseguidas en Montecarlo y Suecia, y la vigesimoprimera de su carrera. Pese a todo, Loeb mantiene una cómoda ventaja de 29 puntos sobre Gronholm al frente de la clasificación del Mundial, después de que el finlandés sólo haya podido restarle dos al francés.
La tercera y cuarta plazas también la ocuparon otros dos finlandeses, concretamente Mikko Hirvonen (Ford) y Toni Gardemeister (Citröen), respectivamente, mientras que el noruego Hennin Solberg (Peugeot) y Dani Sordo (Citröen) acabaron quinto y sexto.
Sordo perdió casi todas sus opciones de podio en el primer tramo del día, al perder un minuto y 15 segundos, que luego, pese a sus reiterados ataques, no pudo compensar en el resto de las especiales.
«Hemos tenido un problema en las bujías y las hemos cambiado. El coche sonaba realmente mal al término de la primera especial. Son cosas que pasan en las carreras», explicó el de Torrelavega.
El cántabro, que sigue siendo ocupando el tercer puesto en la clasificación del Mundial, destacó la «gran experiencia» que había supuesto para él el Rally Acrópolis, porque «todas las etapas han sido durísimas y lo importante es que estamos entre los mejores».