DONOSTIA
Juan Martínez de Irujo era un hombre feliz. No era para menos, ya que el delantero de Ibero consiguió por segunda vez la txapela del Manomanista, apenas tres meses después de calarse la del Parejas junto a su amigo Eulate. Irujo compareció ante los medios satisfecho con la victoria. Con la txapela de campeón cubriéndole la cabeza, algo poco habitual, ya que la mayoría de pelotaris llega a la sala de prensa sin ella, señaló que «lo más importante era ganar, y lo hemos conseguido».
Preguntado sobre lo complicado del triunfo, el de Ibero fue claro y explicó que los momios de doble a sencillo eran excesivos. «Eso lo sabíamos todos, menos los que se juegan el dinero. He ganado yo, pero podía haber ganado Aimar. La diferencia de doble a sencillo, para mí, no era tal, y así se ha visto», comentó.
Martínez de Irujo era consciente de que no había sido su mejor partido de la presente edición del Manomanista. «No ha sido mi mejor partido, para nada. Creo que ante Peñagarikano jugué bastante más de lo que he jugado hoy. Pero también el rival es diferente, y eso se nota. Delante estaba Aimar, que mete mucha presión y tiene muchos recursos», dijo.
El campeón reconoció que debía haber pegado más y arriesgado menos. «Tenía que haber jugado todo el partido dándole a la pelota. Sacar y darle, en vez de hacer el tonto adelante. El mano a mano es así. Tienes que sacar bien y dominar en el pelotero, y acabar sólo la que tienes clara», explicó, para agregar acto seguido que «claro que he tenido algunos errores. Me acuerdo de las dos dejadas a la chapa, pero creo que estaban bien tiradas».
Con el 16-9 y la victoria prácticamente en el bolsillo, el de Ibero dijo haber sentido miedo. «Me he puesto nervioso con el 16-9. Ahí me he agarrotado, no sé si por el miedo a ganar o por qué. Me veía incapaz de hacer dos tantos y estaba esperando en vez de ir a jugármela a darle y que fallara él, pero al final he acertado».
«Ganas de ganar es lo que tenía, más que otra cosa. Veía que cada vez tenía la txapela más cerca y me ha entrado un poco de miedo y me he puesto nervioso, pero al final le he echado casta y he ganado», declaró el campeón.
Irujo quiso dedicar la txapela a «mi padre y mi madre, mi novia, a toda esta gente que me sigue a todos los lados y a mi amiga Juli».
JOKIN ETXANIZ | Irujoren botilleroa
Pilotari biei kosta egin zaie hasieran partidan sartzea. Oso urduri kantxaratu dira bai Juan eta baita Aimar ere. Nik sekula ez dut jokatuko horrelako txapelketa bateko finala, baina oso zaila izan behar da norberak barruan duen guztia ematea. Ez da partida borobila izan, egia da, baina ona eta gogorra iruditu zait.
Irujo ondo ikusi dut. Tanto batzuetan nahastu egin dela uste dut, bote lasterrean sartu edo airez sartu ez zekiela, baina partida ondo atera du aurrera. Une batean abantaila polita lortu du, batez ere tantoa lantzen jakin duelako, baina gero huts batzuk egin ditu eta Aimar partidan sartu da. Hala ere, azkenean bere kasta atera du eta txapela eskuratu du.
Denok dakigu Juanen jokoa zein den. Inor ezin da denbora
guztian jo eta jo ibili, eta beste motatako jokaldiekin saiatu beharra dago.
ASIER OLAIZOLA | Botilero de Aimar
Todo el partido ha seguido la misma tónica. Irujo se nos
adelantaba, Aimar conseguía empatar el encuentro y Juan se volvía a marchar en
el marcador. Yo he intentado animar en todo momento a Aimar, decirle que
mientras no llegara a 22 habría partido. De hecho nos hemos acercado mucho, pero
no ha podido ser. Creo que la clave ha podido estar en el 9-16, que al final ha
sido una ventaja demasiado grande para poder dar la vuelta al partido.
Cuando juegas siempre a remolque, te piensas las cosas
dos veces. Arriesgas menos porque tienes miedo de que se te vaya el partido por
completo y ahí ha podido estar la clave. En momentos decisivos Aimar ha fallado
dos-tres pelotas que le podían haber metido de lleno en el encuentro, pero al
final no ha podido ser.