MADRID

El joven ya había sido citado a declarar con anterioridad en dos ocasiones, si bien ninguna de las comparecencias se llevó a cabo finalmente. En el primero de los casos, le llevaron desde la cárcel de Soto del Real al Juzgado de Colmenar Viejo con ese fin, pero el joven se negó a prestar declaración porque sus abogados no habían recibido notificación alguna al respecto. TAT explicó que eso motivó que pidieran que fuera el Juzgado número 3 el que le tomara declaración directamente, a la vez que exigieron que avisaran a la defensa previamente. En la segunda ocasión Ziaurriz sí fue conducido ante el juez encargado de la investigación, junto a sus abogados, pero el juez decidió que el joven declarara esposado y con dos guardias civiles a su lado. Ello motivó que el iruindarra no accediera a declarar, y que la defensa volviera a realizar una nueva demanda.

Ziaurriz recobró la libertad en enero pasado. En marzo, mientras paseaba por Iruñea, «dos guardias civiles que participaron en su arresto y posteriores torturas se le acercaron para, entre amenazas, hacerle una oferta de colaboración y citarlo para otro día», relató TAT, ante lo que puso una denuncia en el Juzgado número 3 al relacionar esos hechos con la denuncia de torturas. Pero el juez dijo no ver relación alguna y remitió esa última investigación a Iruñea.