DONOSTIA

El reto es el principal aliciente del IV. Oñatiko Herri Krosa, organizado por el club Antxintxiketan de la mano de Jexux Arregi, que se disputará a partir de las 19.00. Arregi y el atleta local Ritxar Fernández comenzaron a darle vueltas a la idea de homologar el circuito ­1.318 metros a los que los corredores tienen que dar siete vueltas y media­ hace ya meses. «Ni a la Federación Vasca, ni a la de Gipuzkoa les gustó la idea. Respondieron que los 10 kilómetros en ruta no es una distancia olímpica, tampoco el medio maratón y por eso se hace incluso Campeonato de Euskadi», recuerda Arregi que terminó saliéndose con la suya.

Con un presupuesto de 30.000 euros ha logrado reunir a los eritreos Tadesse, Mesfin y Kifle, al keniata Kamais y al español Julio Rey ­un toledano con buenos resultados internacionales en maratón, que recientemente en Hamburgo se apropió del récord de España en los 42,195 kilómetros y mañana pretende hacer lo mismo con el de 10 kilómetros­.

La prueba, que por primera vez contará con una salida conjunta para hombres y mujeres a diferencia de anteriores ediciones, transcurre por el casco histórico y partirá de la Universidad para concluir en la plaza. «Hay un par de curvas malas y hasta que se corra no vamos a tener referencias. ¿Qué sí creo que puede haber récord? Me han dicho que Tadesse está como un tiro», responde.

Desde el intento de Paula Radcliffe en la pista de Barakaldo no se habían producido nuevas intentonas en Euskal Herria. En esta ocasión el protagonista es un eritreo de 24 años que reside en Madrid y cuyos mayores éxitos deportivos han sido ser subcampeón mundial de cross en 2005, por detrás del etíope Kenenisa Bekele con el que también compartió el podio de 10.000 metros en los Juegos Olímpicos de Atenas’2004, en su caso para colgarse el bronce.

Esta temporada ha corrido mucho y además ha ganado unas cuantas pruebas. En cross, por ejemplo, venció con el Adidas en la Copa de Europa de clubes, en el Campeonato de España y en el Cross de Donostia pero también ha logrado victorias en ruta como en la Bupa Great Manchester. Su entrenador, Jerónimo Bravo, dice que su secreto es el trabajo porque es el prototipo de atleta que a los 14 años hacía 60 kilómetros diarios a pie o en bicicleta para ir al colegio:«Están a 2.300 metros de altitud y no cuentan con medios de ningún tipo, no existen, solo hay materia prima, ilusión y ganas».

Mañana compartirá prueba con otros atletas, como mucho 60 ­es el tope­ y entre los que figuran los vascos Ritxar Fernández, Unai Sáenz de la Fuente y Amaia Piedra.