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Gara > Idatzia > Kultura 2006-06-20
José Ramón DE MIGUEL
Ante el V Centenario de urdaneta
En Ordizia han comenzado a preparar las conmemoraciones del V Centenario de Urdaneta. Aunque incluso en su iconografía más conocida se destaca su condición de religioso, en realidad, ésta fue poco relevante en su actividad, que fue fundamentalmente de tipo científico. Así lo destaca en este artículo José Ramón de Miguel, autor del libro «Urdaneta en su tiempo».

Cuando el 20 de marzo de 1553, Andrés de Urdaneta ingresa en el convento de los agustinos de Ciudad de México, a la avanzada edad, para la época, de 45 años, está realizando un acto irrelevante para su biografia y nefasto para su posterior memoria histórica. Irrelevante, porque sus logros más importantes están por realizarse y, tal y como veremos, obviando com- pletamente su condición de religioso. Nefasto para su memoria, porque su nombre ha sido utilizado por la religión con fines propagandísticos, con el resultado de que, hoy en día, la gran mayoría de sus paisanos le consideran un misionero y colonizador más. De forma resumida trataré de dar otra versión de Urdaneta, más acorde con la verdad histórica y aséptica desde el punto de vista confesional.

Las expediciones del siglo XVI a las Islas de las Especias son auténticos viajes de negocios. No hay más que echar un vistazo a la lista de accionistas de la expedición de Loaysa, en la que se estrena Urdaneta con 17 años, para comprender el carácter de ésta. En esta lista de accionistas, están desde los Fucares, importantes banqueros, hasta los capitanes guipuzcoanos que luego irían en ella. No tiene nada de extraño que en una expedición como aquélla, plagada de burgueses guipuzcoanos (Elcano, Guevara, Carquizano, Elorriaga, Lerchundi, etc.), otro hijo de esta burguesía, como era Urdaneta, partiera a hacer fortuna.

La expedición, por causas muy diversas, es un auténtico fiasco, pero es entre 1525 y 1536, año en que Urdaneta regresa a Castilla, cuando sienta el conocimiento científico que tantos frutos le dará más tarde.

A su vuelta escribe hasta tres relatos de lo sucedido en Molucas y se convierte en el factótum de cualquier nueva expedición. Todos los personajes de cierta relevancia en la época, como Alvarado o el obispo de Plasencia, cuentan con él. Todos estos escritos denotan unas excepcionales dotes de observación, tanto de los aspectos geográficos como económicos de donde ha estado, con una visión absolutamente moderna de las cosas.

La ruta de filipinas

A pesar de este protagonismo en los centros de poder del momento, Urdaneta se viene a vivir a su pueblo natal, reconociéndose vecino de «Villafranca de Oria» en 1538.

En 1539 regresa a México para empezar a preparar su gran viaje, además de múltiples actividades en el campo náutico, actividades que no se interrumpen por su entrada al convento. La expedición a Florida con Luna, en 1562, es un buen ejemplo de ello.

Los informes que realiza para Felipe II en estos años son concluyentes. Es el primero en explicar los ciclones tropicales, y su descripción de la corriente de Humboldt se adelanta más de 100 años a la que éste daría en 1783. Pero, además, Urdaneta nos da nociones de logística sobre el tamaño de los barcos, las condiciones de los puertos (se podría decir que es el fundador de Acapulco), las condiciones laborales de las tripulaciones y sobre la sanidad a bordo (ya entiende el problema del escorbuto).

Por todo lo anterior, Felipe II ordena taxativamente que sea él quien dirija la expedición definitiva a Filipinas. Esta expedición es la más larga jamás realizada hacia lo desconocido y, además, abre una línea de navegación que duraría 250 años. Pero también hay que decir que el primer «Galeón de Filipinas», el mandado por Urdaneta, mantuvo el record de velocidad durante casi cien años.

Es importante reseñar que Andrés de Urdaneta estuvo en Filipinas cuatro meses nada más, justo el tiempo necesario para reparar la San Pedro y avituallarla. En este tiempo no hizo nada más o, al menos, no consta, a pesar de que estos meses están muy bien documentados gracias a tres derroteros y al relato del propio Legazpi. Lo que sí consta es que Urdaneta dirigió personalmente las reparaciones.

El año que viene comenzarán las celebraciones del V Centenario y creo que el fin principal de ellas debe ser la reparación de la memoria histórica para con Andrés de Urdaneta porque creo que este gran navegante y científico debería ser un referente para este pueblo. -


 
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