Catalán tilda de «aberración moral» la marcha de Iruñea
La manifestación en favor de los derechos civiles y políticos celebrada el sábado en Iruñea ha encrespado al Gobierno navarro, que considera que incluso eso debió impedirse. Para su portavoz, Alberto Catalán, «fue una aberración política y moral», además de «un insulto a la inteligencia de los navarros y a las víctimas de ETA».
IRUÑEA
El Gobierno de UPN-CDN respondió ayer con rabia a la manifestación que reunió a 8.000 personas el sábado en Iruñea. Acudieron a respaldar la mesa de partidos, pero tuvieron que conformarse con reivindicar los derechos civiles y políticos tras el veto del juez Grande-Marlaska al primer acto. Sin embargo, para el portavoz del Ejecutivo, Alberto Catalán, lo grave no es la prohibición, sino «que una formación ilegalizada se manifestara con absoluta impunidad». Lo tildó de «auténtica aberración, no sólo política sino también moral».
Catalán hizo estas valoraciones tras la reunión semanal del Ejecutivo de Miguel Sanz. Insistió en que «no cabe mesa de partidos políticos, no cabe referéndum que obedezca a los intereses de ETA». Y añadió que la marcha «fue un insulto a la inteligencia de los navarros y de manera especial a las víctimas del terrorismo».
A la misma hora ofrecía otra rueda de prensa el delegado del Gobierno español en Nafarroa, Vicente Ripa, que confirmó que ha obedecido el mandato de Grande-Marlaska y ha enviado a la Audiencia Nacional una grabación en vídeo de la marcha.
Sin embargo, Ripa dejó claro que no veía motivos de suspender su desarrollo, opción que dejó el juez en manos de las FSE. «La pancarta se atuvo al lema, no se exhibieron símbolos de formaciones ilegales, no concurrió enaltecimiento y ningún dirigente de Batasuna intervino», enumeró Ripa.
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