BERLIN

Lógicamente, el primer aspecto, de tipo honorífico, importa bastante más al equipo de Jürgen Klinsmann que, en calidad de anfitrión y favorito al título está obligado a vencer y convencer desde el primer minuto de este Campeonato. Algo que, de momento, ya está consiguiendo Ecuador. Pese a partir como la «cenicienta» del grupo, la selección americana se ha impuesto con autoridad a Polonia y Costa Rica, cumpliendo con creces sus expectativas. El liderato ­más aún teniendo en cuenta que se conseguiría a costa de Alemania­ no sería sino la guinda a un gran trabajo.

Otra cuestión son los cruces de octavos, donde coinciden los deseos de ambas selecciones. Un empate le basta a Inglaterra ­el rival que nadie desea, pese a que sus dos triunfos se han fraguado sin un mínimo de brillo­ para clasificarse como líder del grupo B y, por lo tanto, se enfrentaría al segundo clasificado de este grupo. Tampoco Suecia ­un empate le basta para ser segundo y el triunfo ante Inglaterra le daría el liderato­ es un plato de gusto, pero los problemas que está sufriendo le hacen más apetecible. Ni qué decir tiene que una carambola final también podría clasificar a Trinidad y Tobago, razón de más para pelear por el liderato.

Una duda por equipo

Jürgen Klinsmann también podría dejar a Michael Ballack en el banquillo ­se encuentra a una tarjeta de la suspensión­, aunque todo parece indicar que apostará por su once de gala. Y es que Ecuador ha causado «muy buena impresión» entre los teutones. «Se mueve muy bien, achica los espacios de forma agobiante, no ha encajado ningún gol y ha presentado un gran peligro en ataque». Casi nada.