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Dwyane Wade brilla, Miami sueña y los Mavs sufren
·Los Heat remontan el 2-0 inicial y buscarán el título en Dallas en el sexto partido
BILBO
En pleno 2006 puedes tener a Shaquille O’Neal en tu equipo y apenas notarlo. Puedes contar con dos bases exquisitos como Jason Williams y Gary Payton aunque éstos no son los principales encargados de subir la bola. Si el quinteto titular no te funciona deberías estar tranquilo porque desde el banquillo pueden saltar Antoine Walker, Alonzo Mourning y James Posey pero tampoco ellos ayudan demasiado. Tampoco importa que el entrenador sea un pedazo de historia de la competición y el principal artífice del show time en los ochenta. Ahora bien, si cuentas con los servicios de un chico llamado Dwyane Wade, entonces sí, entonces el anillo puede ser tuyo.Su apodo, Flash, no es gratuito. Wade ha recuperado la aureola de superhéroe del cómic y de jugador épico que sabe reponerse a todos los contratiempos. De esta forma, y tras una nueva exhibición en el quinto partido de las finales de la NBA, Wade anotó 43 puntos (21 desde la línea de tiros libros) para que Miami Heat se adelante en el casillero por 3-2, tras iniciar su andadura en Dallas con un 2-0 abajo. Miami Heat logró la victoria sufriendo y rebañando cada bocanada de aire que los Dallas Mavericks dejan libre. En el primer tiempo los Heat de Pat Riley naufragaron. Dallas impuso su criterio para conseguir maniatar el ataque de los de Florida y huir así de los errores del cuarto partido, donde fue Miami quien controló todos los aspectos del juego. El propio Wade era crítico con su actuación y la de su equipo. «Hemos jugados dos partes muy diferentes, la primera ha estado mal, la segunda bien», aseguró el escolta de los Heat.
La prórroga decide
La tensión no dejó que nadie pensase, impulsó la emoción y con una buena segunda parte de Miami, ambos equipos se enfrascaron en una prorroga repleta de sufrimiento.O’Neal (18 puntos y 10 rebotes) volvió a estar desastroso desde la línea de personales con dos aciertos de catorce intentos y eso mermaba las opciones de Miami. Si no fuese por el momento de forma que vive Wade, O’Neal hubiese sepultado a los suyos a un 3-2 en contra, a base de estrellas balones-misil contra la base del aro. En Dallas seguían atónitos la demostración de Wade. Tanto que llegaron los errores. Avery Johnson, mandamás del banquillo de Dallas, pidió un tiempo muerto a falta de nueve segundos para el final, justo cuando Dirk Nowitzki (28 años cuplidos y 28 puntos anotados en la misma noche) iba a lanzar un tiro libre que ponía a los tejanos por delante (99-99). El alemán lo anotó (99-100), pero Johnson se quedó sin tiempo para más explicaciones y los suyos, como todo mortal ante la genialidad de Wade, se quedaron en pelotas. En estas, Wade recibió una falta personal y como éste es su tebeo, anotó los dos tiros libres para sellar el 101-100 final y la victoria para su equipo.
El espíritu de Jordan y un gran futuro por delante
BILBO La vida, la gente, el deporte y la NBA necesitan jugadores como Dwyane Wade, capaces de jugar con fiebre, con una infección estomacal o cojos y anotar más de cuarenta puntos para provocar que su equipo, que estuvo al borde del k.o., reviva y bese las mieles del triunfo. Tras las tres exhibiciones consecutivas de Wade en Miami la prensa especializada se ha lanzado a comparar su juego con el del mítico Michael Jordan. Como es lógico, al escolta de Miami Heat no le hace gracia: «No quiero que se me compare con nadie y menos con Jordan, simplemente tengo mi propio estilo de juego y lo que sí llevo dentro de mí es el espíritu de luchar siempre por conseguir la victoria, sin darme nunca por vencido», declaró. Lo cierto es que en los tres partidos que los Heat han disputado en casa, Dwyane Wade ha anotado 35 puntos o más y en el global de la eliminatoria presume de haber anotado 34,4 puntos de promedio por partido. Un dato: esa marca no la igualaba nadie desde que Shaquille O’Neal lo hiciera en 2002 en el seno de Los Angeles Lakers. Pese a su espectacular estado de forma, Wade no quiere confiarse. «No hemos ganado nada afirmó impasible tras haber desarmado la ventaja de Dallas Mavericks-. Nos falta el triunfo más importante, el cuarto, con el que lograremos el título». O’Neal hizo autocrítica, pero también tuvo palabras de elogio para Wade. «No estuve bien desde la línea de personal, pero una vez más el equipo jugó un gran partido y además Wade demostró que fue el mejor de todos».
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