Primero se cepillaron el Estatut y luego a Maragall
Pasqual
Maragall anunció ayer que renuncia a la reelección. Maragall pasará a los anales de la historia como el presidente de la Generalitat bajo cuyo mandato se procedió a la reforma del Estatuto autonómico de Catalunya (los anales no suelen tener espacio para la contextualización de cada episodio, ni para hablar de la alta abstención o de las rebajas impuestas al texto). Pero, pese a ello, en muchas memorias esta legislatura quedará marcada como la legislatura de la frustración. Frustración por no haber podido sacar adelante un verdadero cambio de estatus para Catalunya y por no haber sabido mantener un gobierno alternativo a CiU que tuviera una visión progresista y nacional de la realidad catalana. Y aún con todos los errores cometidos, da la impresión de que Pasqual Maragall arroja la toalla por las presiones de Madrid y no porque la ciudadanía catalana y el electorado del PSC le empujaran a ello. La actuación de Maragall en ocasiones sorprendente ha generado más fricciones en la Moncloa o en la sede central del PSOE que en Barcelona. La coalición con ERC, por ejemplo, ha puesto en más dificultades al Gobierno español que a la Generalitat. Y, por eso, como dijo ayer Carod Rovira, Zapatero «ha matado dos gorriones de un sólo tiro». Primero se cepillaron el Estatut en Madrid, luego a ERC y finalmente al propio Maragall. Un comienzo viejo para un nuevo ciclo. -
Ibarretxe, Imaz y López deberían explicar lo de los alardes
Los alcaldes de Irun, José Antonio Santano (PSE), y de Hondarribia, Borja Jauregi (PNV), se han negado a acudir al Parlamento de Gasteiz para razonar el posicionamiento de sus respectivos ayuntamientos en defensa de un alarde discriminatorio y contrario a la Ley de Igualdad. La Comisión de Mujer debiera llamar a Josu Jon Imaz y Patxi López para que expliquen cuál es la posición real de sus partidos sobre los alardes y al lehendakari para que responda qué va a hacer para que se cumpla «su ley más importante». -
Galeuscat se presenta como «la tercera fuerza del Estado»
Representantes de Galeuscat PNV, CiU y BNG iniciaron ayer con el PSOE una ronda de contactos con diversos partidos. En las declaraciones posteriores, la jelkide Josune Aristondo definió a Galeuscat como «tercera fuerza política del Estado y un interlocutor necesario en todo lo que tenga que ver con el modelo de Estado». Resulta indicativo que una coalición de fuerzas nacionalistas vea su suma como un partido estatal dispuesto además a la colaboración estructural con el partido de Gobierno. -
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