- Unicaja devuelve el 3-0 al Baskonia y es campeon de la Acb -
Una pesadilla conocida regresa a Zurbano
·El Tau se atascó en el último cuarto, sólo 7 puntos, desperdiciando una renta de 10
TAU BASKONIA 72 UNICAJA
MALAGA 76
GASTEIZ
No fue quizá tan cruel como hace un año, porque Unicaja fue justo vencedor, pero el pabellón de Zurbano vivió ayer la reedición de una pesadilla que casi todo el mundo en Gasteiz tenía incrustada en el alma. Ante el Real Madrid fueron cuarenta segundos indignos de un equipo así los que privaron al Tau de un trofeo gafado, ayer la agonía duró mucho más, pero Zurbano tuvo que ver a un rival levantar la copa tras otro desastroso final, en el que los gasteiztarras desperdiciaron una renta de diez puntos que tanto esfuerzo les había costado obtener tras un parcial de 3-14.Así las cosas, el destino volvió a ser cruel e injusto con un equipo que no merecía un final así, sobre todo tras el esfuerzo de un tercer cuarto en el que se vio al verdadero Baskonia, pero ése fue el problema, que el equipo duro y peleón sólo ha estado presente en un cuarto durante toda la serie. El comienzo fue desalentador para los gasteiztarras, a los que parecía superarles la ansiedad y no encontraban respuesta al juego malagueño. Muy precipitados en ataque, con lanzamientos demasiado rápidos, pero sobre todo sin poder encontrar respuesta tras dos partidos al ataque con cuatro abiertos que presentaba Scariolo, la sensación de superioridad de Unicaja fue latente, especialmente gracias a su acierto exterior, con 4/5 en triples, tres de ellos de Jorge Garbajosa. Cierto es que los porcentajes eran inhabituales, pero tampoco es normal ceder tanto tiempo a gente de tanta calidad. Así, las cosas, el equipo andaluz superó su mejor parcial ofensivo de la serie, mientras que el Baskonia se mantenía gracias a su empuje para ceder sólo 4 puntos. Incapaz de correr,el equipo de Perasovic tuvo grandes problemas para anotar, que los iba solucionando con rachas hasta de Drobnjak y de un intensísimo David, pero la sensación de desaliento era palpable, con ventajas malagueñas de seis y ocho puntos, y sobre todo, una sensación de superioridad abusiva. Sin embargo, con la vuelta a cancha de Prigioni, que salió como titular, y los minutos que Scariolo dio de descanso a sus mejores hombres interiores, el Baskonia aprovechó su superioridad bajo los aros para devolver la ilusión al pabellón, igualando el marcador al descanso sin ofrecer buena imagen. Pero el Baskonia no quería despedirse de la ACB sin ofrecer su verdadera imagen y apretó tras el descanso. Por primera vez en toda la final, el equipo gasteiztarra ajustó su defensa, cerró las penetraciones y eso le permitió correr y minimizar el acierto malagueño, dejándole en diez puntos en el cuarto, obteniendo esa misma renta para el último cuarto con Vidal como el más intenso. Sin embargo, al Tau se le volvieron a fundir los plomos. Durante bastantes minutos, aupados por un público volcado, el Baskonia parecía sobreponerse incluso a los problemas de faltas personales, pero en los instantes definitivos, la historia se repitió de la forma más cruel, con Garbajosa, el mejor de la serie, haciendo de Herreros ante la desesperación de todo el aforo del Araba.
Un final que estropeó un merecido campeón
J.O.
GASTEIZ Saber ganar suele ser tan importante como saber perder y Unicaja enturbió su merecidísimo título liguero con un final indigno. Y es que, por mucho que Scariolo quisiera justificar su último tiempo muerto con la final completamente en su bolsillo, ése fue un gesto totalmente fuera de lugar, especialmente en un pabellón que recibía un golpe tan duro por segundo año consecutivo. Toda la tensión acumulada explotó en ese instante y se montó una fea tangana, después de que los jugadores baskonistas entendieran el gesto como una provocación. A partir de entonces, el ambiente se enredó hasta el extremo de que ese innecesario gesto privó a los malagueños de celebrar como se merecía un título que nadie en Zurbano hubiese puesto en duda. Hasta ese instante, el ambiente había sido duro con los dos artífices de la victoria Scariolo y Garbajosa, que hasta ayer habían sido recibidos en la que había sido su casa con cierto cariño, pero seguro que el acto de ayer dejará secuelas. Una vez asumido el golpe, la afición azulgrana supo reconocer la buena temporada del equipo gasteiztarra con gritos de «Baskonia, Baskonia» mientras Unicaja recogió su merecido trofeo bajo una lluvia de objetos lanzados desde unas gradas que se sintieron muy ofendidas.
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