BILBO
La final de la NBA de la temporada 2006 ya es historia. Miami Heat ha conseguido el primer título de su corta vida de la mano de un sensacional Dwyane Wade. El joven escolta, que en los últimos días ha sido comparado con Michael Jordan en innumerables ocasiones, apareció justo cuando tenía que hacerlo para que su equipo se anotase una eliminatoria que, por momentos, estuvo en manos del rival. De esta forma, los Heat cierran el play off con un 4-2 sobre los Mavs, tras derrotar a éstos por 95-92 en su propia cancha en el sexto partido.
El sexto partido fue espeso y denso durante los primeros treinta y seis minutos de juego. Los Mavericks se mostraron nerviosos a la par que atolondrados, atropellados por la urgencia de lograr una victoria que les diese vida para un séptimo partido. Durante los tres primeros cuartos se hizo evidente el colapso técnico impulsado desde ambos banquillos.
En el primer tiempo Dallas manejó el encuentro con solvencia y con diferencias que rondaban los 10 puntos de ventaja. Una reacción del juego de equipo de los Heat supuso un punto de inflexión en el choque. Con Wade como maestro de ceremonias, Miami conectó como prácticamente no lo ha hecho durante la temporada regular. Así, los de Florida lograron colocarse un punto por delante al descanso (49-48). A partir de ese momento, Miami comenzó a mandar con cortas ventajas. Así fue hasta que Dallas logró remontar cuando quedaban siete minutos por disputar (79-79).
Y una vez más, el último periodo fue el encargado de dilucidar quién era el merecedor de un premio, en forma de partido para los Mavericks, o de título para los Heat. Y como en los anteriores tres partidos, la suerte sonrió a los Heat.
A falta de 3:41 Wade vio a James Posey abierto en la línea de tres y no dudó en doblarle el balón. Este no falló y los tres puntos comenzaron a pesar como una losa para Dallas, 87-81.
Los Mavs, con un triple de Jerry Stackhouse a un minuto para el final consiguieron acercarse a un punto (88-89), pero fue lo máximo que lograron porque Posey y Haslem respondieron con canastas que les mantuvieron arriba en el marcador hasta que, una vez más, volvió a resurgir la figura de Wade para sentenciar desde la línea de tiros libres.
Con una media de 34,7 puntos por partido, en Miami el promedio superó los cuarenta, Dwyane Wade fue proclamado el MVP (jugador más valioso) de la final, mientras que Shaquille O’Neal consiguió su cuarto título en seis finales.
