ITALIA 1
AUSTRALIA 0
BILBO
Son un clásico. Tienen un estilo que no cambia aunque pasen los años. Auténticos especialistas en sobrevivir en situaciones límite. No hay un equipo que sepa sacar tanto de tan poco. Con los australianos pensando en la prórroga y con uno menos en el campo, les apareció la virgen. Medina Cantalejo se inventó un penalti y Totti no perdonó. Pero la culpa la tienen los propios australianos que se podían haber pasado tres horas jugando y no hubieran metido un gol. Demasiada inocencia.Italia rehusó a su condición de favorito entregando la pelota a unos australianos que parecía que no sabían que hacer con ella. El planteamiento de los hombres dirigidos por Marcello Lippi consistía en ceder la iniciativa a los aussies para después salir rápidamente al ataque.
La calidad de sus jugadores le permitía plantarse delante de la portería en dos o tres toques. Toni y Gilardino llevaron el peligro, pero les faltó una pizca de suerte y un poco más de ayuda. Del Piero estuvo prácticamente desaparecido y tampoco es que los demás centrocampistas aportaran demasiado. Pirlo, Gatusso y Perrota apenas se involucraron al igual que los laterales.
Pese a tener la posesión, Australia tampoco es que ofreciera gran cosa. Controlaba el balón en el centro del campo y lo movía con tranquilidad sin recurrir al patadón, pero no eran capaces de romper la solvente defensa italiana. No tenían ideas. Sus ocasiones llegaron en sendos remates a balón parado a los que Buffon respondió demostrando sus cualidades.
A Italia le faltaba un poco más de mordiente arriba por lo que Lippi metió a Iaquinta tras el descanso. Dejó fuera a un Gilardino que lo había hecho bastante bien para dar entrada a otro delantero corpulento que acompañara a Toni. Sin embargo, una decisión rigurosa de Medina Cantalejo le trastocó por completo los planes. Si su intención era la de ir a por el triunfo, se encontraron con la expulsión de Materazzi por una falta. El central del Inter es un jugador que utiliza su fuerza física en las disputas, pero la patada que soltó no fue merecedora de semejante castigo. Quizá el colegiado español se acordara del partido de Champions entre Villarreal e Inter en el que soltó un codazo tremendo y quedo impune, por lo que quiso vengarse. Sino no se explica. Su decisión terminó por acabar con el espectáculo.
La eliminación de hace cuatro años en Corea ante la selección de Hiddink con otra «ayudita» arbitral comenzaba a sobrevolar el estadio y la mente de los italianos. Para acrecentar ese pesimismo, Lippi optó por quitar a Toni y en su lugar salió un central. Italia se recluyó a la espera de poder aprovechar un error de Australia. Son maestros a la hora de defenderse y volvieron a ofrecer una clase de cómo se puede hacer pasar el tiempo sin que el contrario se dé cuenta.
Los canguros no metían miedo mientras los transalpinos daban sensación de poder sentenciar. Iaquinta tuvo la mejor hasta que Medina Cantalejo volvió a mostrar su ego convirtiéndose en juez de la eliminatoria. Un penalti en el descuento es un regalo que Totti no desaprovechó e Italia ya está en cuartos. A su estilo.
