El grueso de la resistencia rechaza el plan de al-Maliki
Los principales grupos resistentes en Irak han rechazado de plano el «plan para la reconciliación» presentado por el primer ministro, Nuri al-Maliki. Otros grupos menores insisten en exigir un previo calendario de retirada de las fuerzas ocupantes. Mientras, los atentados y ataques de ayer provocaron decenas de muertos.
BAGDAD
El Movimiento para la Resistencia Islámica, cuyo brazo militar está formado esencialmente por elementos del disuelto partido Baathm, rechazó el «plan para la reconciliación» propuesto por el Gobierno colaboracionista iraquí porque «elude el problema esencial, el del final de la ocupación, principal reivindicación de todos los grupos de resistencia».
Lo mismo hizo el autodenominado «Consejo Consultivo de los Mujahidin», que integra a ocho organizaciones entre ellas la sección iraquí de Al Qaeda, que llamó ayer a «perseverar en la vía de la yihad» y a no caer «en negociaciones pacíficas y mentirosas».
Portavoces kurdos aseguraron que otros siete grupos de la resistencia, todos ellos sunitas, se habrían puesto en contacto con el presidente iraquí, Jalal Talabani, pero exigirían como condiciones previas para negociar la presentación de un calendario formal de retirada de las fuerzas extranjeras y el reconocimiento de la legimitidad de la resistencia iraquí».
La presentación del «plan para la reconciliación» no ha supuesto un freno a los ataques y atentados de los grupos armados. Si la víspera morían cerca de 60 personas, el balance de muertos ayer era de 24.
Y el drama de la población civil ocupada se acentúa. Fuentes oficiales cifran en 130.000 los iraquíes desplazados por los enfrentamientos sectarios desde febrero pasado, con motivo del atentado contra el mausoleo chiíta de la ciudad de Samarra, en el Irak sunita.
Juicio a Saddam por la operación Al Anfal
BAGDAD El depuesto presidente de Irak, Saddam Hussein, y cinco de sus ex colaboradores serán juzgados a partir del 21 de agosto por «genocidio» contra el pueblo kurdo, informó ayer el Tribunal Penal Supremo del país ocupado. Los cargos se refieren a los ataques, incluso con armas químicas, contra el Kurdistán Sur en la «campaña de Al Anfal (Botín de Guerra)» en 1987 y 1988, en los que fueron masacrados y desaparecieron miles de kurdos. En el banquillo de los acusados se sentará el entonces responsable de la zona, Ali Hasan al Mayid, primo de Saddam y conocido con el sobrenombre de «Ali el Químico», acusado de ordenar los ataques con gases tóxicos contra 40 poblaciones kurdas. Sólo en Halabja, atacada con armas químicas en marzo de 1988, murieron unas 5.000 personas, la mayoría ancianos, mujeres y niños. La operación de «Al Anfal» fue lanzada al final de la guerra en la que Irak combatió, con la ayuda de Occidente y de Rusia, contra Irán entre 1980 y 1988, y en la que los kurdos fueron acusados de colaborar con el enemigo. La organización Human Rigths Watch (HRW) cifra en más de 100.000 los kurdos masacrados. En su informe, asegura que muchos kurdos de entre 14 y 50 años fueron secuestrados, torturados, desplazados y algunos de ellos ejecutados y enterrados en fosas comunes. Sus familias, que esperaron en vano verles salir de la cárcel tras la ocupación de Irak, no recuperaron nunca sus cuerpos. Silencio de EEUU Pese a la magnitud de la tragedia, EEUU la ignoró por aquel entonces y se negó a acusar a Saddam Hussein, su por aquellas fechas aliado. El anuncio de fecha para este nuevo juicio coincide con la recta final de la vista en la que se juzga a Saddam por la muerte de 148 chiítas en 1983 tras un intento de atentado contra él.
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