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Gara > Idatzia > Iritzia > Ezbaika 2006-06-28
Luismi Uharte Pozas - Miembro de Askapena
El derecho de autodeterminaci�n de los pueblos: el caso vasco

Uno de los graves problemas relacionados con el derecho de autodeterminaci�n de los pueblos, es la tergiversaci�n que se ha generado en torno al concepto y la consiguiente confusi�n generalizada respecto a su significado real. Por tanto, el primer paso que debemos dar es ofrecer una definici�n clara y precisa. La siguiente nos podr�a servir: �Autodeterminaci�n, concepto que, en ciencia pol�tica y Derecho internacional p�blico, designa el derecho de los pueblos a decidir libremente y por s� mismos la forma de gobierno por la que se regir�n, as� como el de determinar a qu� entidad estatal pertenecer�n y, en �ltima instancia, a constituirse, si as� lo desearan, como estado independiente�.

Esta definici�n, extra�da de una conocida enciclopedia, es posible que a m�s de uno le lleve a pensar que autodeterminaci�n e independencia son t�rminos sin�nimos, cuando en realidad son categor�as con significados diferenciados. Autodeterminaci�n es un derecho colectivo y democr�tico de los pueblos, que posibilita que los ciudadanos de un territorio decidan entre diferentes proyectos pol�ticos. Independencia suele ser uno de esos proyectos pol�ticos que normalmente aparecen como opci�n en un refer�ndum de autodeterminaci�n. Por lo tanto, un refer�ndum de autodeterminaci�n, puede llevar a que los ciudadanos opten por la independencia de un territorio o por todo lo contrario, por la permanencia en el Estado en el que estaban hasta ese momento. El hecho de que muchos gobiernos imperialistas y sus medios de comu- nicaci�n afines intenten equiparar independencia con autodeterminaci�n, tiene como objetivo bloquear un derecho democr�tico b�sico como es que la ciudadan�a decida entre diferentes proyectos pol�ticos (independencia, estado federal, estado auton�mico, estado centralista), es decir, que se autodetermine. La raz�n principal para generar esta confusi�n es que ning�n Estado o gobierno quiere aparecer como antidemocr�tico por negar un derecho como el de la autodeterminaci�n, que es, insistimos, no un proyecto pol�tico sino un derecho democr�tico.

Una vez aclarado el significado del concepto, es importante que conozcamos la historia del derecho de autodeterminaci�n de los pueblos. Como principio moderno, surge tras la primera guerra mundial, cuando el presidente Wilson (EEUU) lo incluye como uno de los catorce puntos del Tratado de Versalles. Tras finalizar la segunda guerra mundial, adquiere un car�cter m�s s�lido, cuando la Organizaci�n de las Naciones Unidas (ONU), en su propia Carta fundacional, reconoce el derecho de los pueblos a su libre determinaci�n (art�culos 1 y 55). La consolidaci�n se produce a partir de 1960, cuando la resoluci�n 1.514 de la ONU concreta el derecho de los pueblos colonizados a decidir, mediante plebiscito o refer�ndum, su establecimiento como estados soberanos. De inmediato se suscit� un fuerte movimiento que condujo al proceso de descolonizaci�n en Asia y Africa, y que culmin� con la desintegraci�n de los imperios coloniales europeos. M�s adelante, en el a�o 1966, la Asamblea General de la ONU, aprueba el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Pol�ticos y el Pacto Internacional de los Derechos Econ�micos, Sociales y Culturales, que incluyen en su seno el derecho de autodeterminaci�n de los pueblos.

Desde su plasmaci�n jur�dica, la autodeterminaci�n ha producido controversia entre aqu�llos que aseguran que este derecho s�lo es reconocido a los pueblos colonizados, �por lo tanto, a africanos, asi�ticos y americanos�, y aqu�llos que reivindican la legitimidad de la aplicaci�n de dicho derecho a pueblos que no soportan una opresi�n colonial �formal�, pero s� se encuentran bajo dominaci�n de poderosos estados, como ocurre con varios en el contexto europeo (irlandeses, vascos, corsos, etc.). Los que quieren restringir el debate al �mbito jur�dico, es decir, a si �legalmente� unos pueblos tienen derecho o no, est�n generando una discusi�n est�ril y absurda, ya que el derecho de autodeterminaci�n de los pueblos no es un problema jur�dico, sino netamente pol�tico. Es decir, que si existe un conflicto pol�tico en el interior de un estado, entre pueblos diferenciados hist�rica, territorial, ling��stica, cultural, pol�tica y sociol�gicamente, la manera m�s racional, l�gica y democr�tica para solucionarlo es aceptar y aplicar el principio del derecho de autodeterminaci�n.

El caso vasco

Por supuesto, como acabamos de apuntar, el derecho de autodeterminaci�n se convierte en una herramienta eficaz para tratar de superar conflictos que enfrentan a pueblos diferenciados (hist�rica, territorial, ling��stica, cultural, pol�tica y sociol�gicamente). El caso vasco es un ejemplo paradigm�tico, ya que cumple todos estos requisitos que hemos mencionado. En primer lugar, existe una raz�n hist�rica, es decir, un desarrollo hist�rico aut�nomo y diferenciado respecto a esas otras entidades que algunos denominan Espa�a o Estado espa�ol, y Francia o Estado franc�s. El pueblo vasco es uno de los m�s antiguos de Europa, con miles de a�os de existencia anterior al �pueblo espa�ol� y al �pueblo franc�s�. Adem�s, los vascos tuvieron durante varios siglos su Estado independiente y aut�nomo en el contexto europeo, bajo la denominaci�n de Reino de Navarra. La historia nos muestra que dicho Estado no se �incorpor� a Espa�a �voluntariamente�, sino que fue conquistado militarmente por el Ej�rcito castellano en el a�o 1.512. Identificar una conquista militar como �incorporaci�n voluntaria� es tan grotesco y manipulador como hablar de la conquista y genocidio americano iniciado en 1.492 como de �encuentro entre dos culturas�, o como aludir a la invasi�n imperialista estadounidense contra Irak como una campa�a por la libertad y la democracia. Durante el siglo XIX, el siglo de la recuperaci�n de la independencia de los pueblos de Am�rica contra Espa�a, en el Estado espa�ol estallaron las guerras carlistas, que tuvieron un componente protonacionalista vasco importante, germen del posterior nacionalismo vasco contempor�neo, que nace a finales del mismo siglo. A lo largo del siglo XX y principios del XXI, la conciencia hist�rica de los vascos como pueblo diferenciado se ha fortalecido, lo que deja meridianamente claro que el factor hist�rico tiene un peso espec�fico.

En segundo lugar, tenemos la raz�n territorial, obviamente relacionada con la raz�n hist�rica, y es el hecho de que desde hace miles de a�os, a ambos lados de los Pirineos, ha existido y sigue existiendo una comunidad con rasgos hist�ricos, ling��sticos y culturales comunes, llamada pueblo vasco. Hoy en d�a, y despu�s de varios siglos, siete provincias forman el conjunto de Euskal Herria o Pa�s Vasco, las tres del norte bajo control y administraci�n francesa, y las cuatro del sur bajo dominaci�n y admi- nistraci�n espa�ola. Existe, por tanto, un territorio hist�rico perfectamente delimitado.

En tercer lugar, la raz�n ling��stico-cultural es inobjetable. La mayor�a de los especialistas identifican a la lengua vasca, el euskara, como el idioma m�s antiguo de Europa, cuyos or�genes todav�a hoy desconocidos (no es de origen latino, ni indoeuropeo), nos remontan a miles de a�os atr�s, cuando todav�a ni el castellano ni el franc�s exist�an como veh�culos de comunicaci�n. A pesar de la permanente colonizaci�n cultural espa�ola y francesa y los ataques constantes a la lengua milenaria de los vascos, hoy en d�a el euskera sigue siendo una lengua viva y en proceso de recuperaci�n y expansi�n a lo largo de toda la geograf�a vasca.

En cuarto lugar, nos encontramos con la raz�n sociol�gica, es decir, la autoconciencia por parte de un n�mero significativo de ciudadanos y ciudadanas vascas de su identidad diferenciada, ni mejor ni peor que otras identidades, pero s� diferente a la espa�ola y a la francesa. Los elementos anteriores �historia, territorio, lengua y cultura�, sin duda, son la base objetiva para esta autoconciencia, pero su existencia no ser�a condici�n suficiente si no se diese la raz�n sociol�gica, es decir, la percepci�n subjetiva de la identidad vasca.

En �ltimo lugar est� la raz�n pol�tica, es decir, la existencia de un conflicto pol�tico como expresi�n del conflicto de identidades. A pesar de que desde ciertos sectores conservadores y pseudo-progresistas, tanto espa�oles como franceses, se intenta invisibilizar, es innegable la existencia de un conflicto pol�tico, que sufren los vascos, y que tambi�n, por supuesto, acaba salpicando a espa�oles y franceses. La negaci�n del conflicto pol�tico, y la pretensi�n de reducirlo a un problema de violencia, tiene como objetivo expreso evitar cualquier tipo de soluci�n pol�tica, ya que si se acepta la existencia de un conflicto pol�tico, esto obliga a asumir la necesidad de buscar una soluci�n pol�tica. Y al final del trayecto, toda soluci�n pol�tica real pasar� por reconocer el derecho de autodeterminaci�n del pueblo vasco. Por eso tanto pavor de los mal llamados �defensores de la democracia�, que en realidad con su postura pol�tica obstaculizan la aplicaci�n de un derecho democr�tico.

Resulta grotesco que mientras los estados hist�ricamente poderosos e imperialistas, tengan el �derecho� de promocionar el �patriotismo�, como un rasgo honorable, moderno e integrador, paralelamente a los pueblos hist�ricamente sometidos y dominados, se les acuse de agitar las banderas del �nacionalismo�, como si este fuese un rasgo que genera divisi�n, conflicto y racismo. �Ser� entonces, como muy acertada e ir�nicamente apuntaba Eduardo Galeano hace poco, que el patriotismo es un privilegio de los pa�ses poderosos?

Por otro lado, la bendita globalizaci�n va a traer como consecuencia, seg�n datos de la UNESCO, que a lo largo del siglo XXI desaparezcan el 90% de las lenguas existentes en el planeta. Se observa, por lo tanto, que los pueblos sin estado est�n sufriendo el ataque sistem�tico de los grandes Estados �patriotas� y del fen�meno uniformizador de culturas que trae consigo la globalizaci�n neoliberal.

En consecuencia, no es extra�o que diversos pueblos del mundo reclamen el reconocimiento del derecho de autodeterminaci�n para poder decidir soberanamente c�mo organizarse en este siglo que acaba de comenzar, para decidir si optan por crear estados propios o si, por el contrario, aceptan la permanencia en los Estados ya existentes. Lo importante, por consiguiente, no es tanto si se optar� por uno u otro proyecto pol�tico, sino por la plasmaci�n real de un derecho b�sico y democr�tico, como es el derecho de la autodeterminaci�n. �Para cu�ndo este derecho democr�tico para el pueblo vasco? -


 
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