Los trabajadores vascos están en cabeza de la productividad europea
Los trabajadores vascos ocupan los primeros puestos en el ámbito de la productividad laboral en el conjunto de la Unión Europea de los veinticinco estados. Un informe de La Caixa analiza la pérdida de productividad y, al contrario de los empresarios, la atribuye a una falta de inversión a nivel de innovación tecnológica, la formación de los trabajadores que, al tener contratos temporales, no progresan en la empresa y a un sistema educativo inadecuado.
BILBO
Los trabajadores vascos se encuentran a la cabeza de la productividad laboral de la Unión Europea, que agrupa a los veinticinco estados, según los datos estadísticos oficiales. Sólo les adelantan los belgas, los luxemburgueses y están emparejados con los franceses. Esta posición privilegiada, sin embargo, no se tiene en cuenta por parte de los empresarios que, una y otra vez, apuestan por reducir los salarios y empeorar las condiciones de trabajo. Hace tan sólo cuatro días, el presidente de Confebask, Miguel Lazpiur, aseguró en una visita del vicepresidente segundo del Gobierno español, Pedro Solbes, que «la economía vasca vive un momento favorable con significativas cifras de crecimiento, renta y empleo», pero a reglón seguido expresó que «nos preocupa mucho la progresiva pérdida de impulso y las fuertes incertidumbres que aquejan al sector industrial». Lazpiur dijo que desde 2000, «la industria vasca pierde competitividad» e indicó que las causas directas de esa situación se encuentran en «el encarecimiento que vienen experimentando las materias primas básicas, entre otras el petróleo; la inflación, que amplía el diferencial de precios con otros países europeos; y la creciente competencia de los países asiáticos y del Este europeo». No dejó a un lado una causa que los empresarios siempre argumentan: «Nuestros altos costes laborales», aunque los datos de Eurostat confirman que los salarios de los trabajadores vascos están «muy lejos» de los que se perciben en algunos países europeos industrializados, ni tampoco existen grandes diferencias en cuanto a la jornada laboral.
Clave de futuro
La productividad es una de las claves del futuro económico, porque mide el nivel de innovación que se aplica y la capacidad laboral de los trabajadores para ser competitivos en el ámbito productivo. Un estudio amplio de La Caixa revela que «se está experimentando un importante avance en términos de convergencia real de la economía española respecto a la Unión Europea». De hecho, los cuatro territorios de Hego Euskal Herria superan el nivel español y a algunos países de la UE en cuanto a riqueza por persona, en relación al PIB. Sin embargo, el estudio de la entidad financiera, que está firmado por Jordi Gual, Sandra Jodar Rosell y Alex Ruiz Posino, insiste en que «en la carrera de la convergencia real juegan fundamentalmente dos factores: la movilización del factor trabajo y las mejoras de la productividad». Consideran que las mejoras económicas se han producido sólo por el efecto de la entrada de más personas al mundo del trabajo, pero «la productividad apenas ha crecido en los últimos años».
Sin seguridad en el empleo
Al respecto, la descripción pone de relieve, sin duda, un problema de una fuerte intensidad de cara al futuro, pero también revela que las administraciones públicas apostaron por introducir mano de obra en el mercado laboral, tras las dos décadas de reconversión industrial, sin preocuparse de la formación y la adaptación a los procesos innovadores. Ni a las administraciones ni a los empresarios les importaron las condiciones de trabajo, sólo que hubiera mano de obra disponible. No se preocuparon de la precariedad de los contratos y, cuando se hace balance de la productividad, se resalta que con tasas tan elevadas de temporalidad, el empleo se resiente en cuanto a la formación en nuevas tendencias productivas. La Caixa reconoce que, en general, en el mercado laboral se ha pasado de una tasa de empleo del 47% de la población en edad de trabajar en 1985 al 65% en 2005. «La productividad apenas ha crecido en los últimos años. El producto por persona empleada prácticamente no aumenta. Mientras, en los países de nuestro entorno el crecimiento de la productividad sigue su curso», indica el informe realizado por la entidad financiera. En este caso, añade que «si hasta mediados de los ochenta la productividad española crecía por encima de la correspondiente a los países de la Unión Europea de los quince, llegando a superar la media de la zona, desde entonces la tendencia se ha invertido». Según los datos de La Caixa, la productividad en el ámbito del Estado español se situó en el 96%de la UE de los 15 y en 2005 bajó al 92%. No obstante, la productividad en Hego Euskal Herria está veintidós puntos por encima de la media, aunque ha perdido cierta pujanza en los últimos cinco años. Esta pérdida de posicionamiento, a juicio de los tres analistas autores del estudio, «debe corregirse cuando antes» para evitar que el diferencial se agrande en los próximos años, teniendo en cuenta que el efecto de la globalización repercute en el conjunto de la actividad económica.
El caso de Irlanda
Existen diferentes causas para determinar el menor dinamismo de la productividad. Una, como señala el trabajo, se debe «al gran crecimiento del empleo en los últimos años, aunque sea de baja calidad». Sin embargo, en Irlanda el tirón en el mercado de trabajo se ha producido a niveles similares, pero no ha reducido esa capacidad productiva.«El caso de Irlanda, entre otros, demuestra que es posible un crecimiento explosivo del mercado laboral y, al mismo tiempo, un notable avance de la productividad», indica el informe, que, al mismo tiempo, reconoce que no se puede decir que en el Estado español «se esté sustituyendo capital por trabajo, dado que la inversión ha aumentado y el capital por trabajador no ha disminuido». Sin embargo, el estudio sí reconoce que hay dos situaciones que están incidiendo de forma definitiva: la innovación tecnológica, una inadecuación de los sistemas educativos, a la vez que existe una necesidad de disponer de capital tecnológico. El actual presidente de Confebask reconoció que la economía vasca se basa en pequeñas y medianas empresas, «muy centrada en los sectores tradicionales, en muchos casos con producto maduro y que requiere esfuerzos en internacionalización, innovación, dimensión, I+D y tecnología para salir adelante y garantizar un futuro». Estas demandas, no obstante, han estado años y años en el discurso patronal, pero no han invertido en estas áreas, sobre todo, porque «han acumulado beneficios, han hecho caja».
Las empresas vascas invierten poco en I+D en relación a la UE
J. BASTERRA
BILBO La inversión en investigación y desarrollo que realizan las empresas vascas está muy alejada de las de países avanzados de la UE. El diferencial es importante, lo que provoca de forma directa una merma en la innovación tecnológica y, por lo tanto, una reducción de la productividad. Existe una dependencia directa de las ayudas oficiales, lo que muestra una falta de actividad empresarial en cuanto a la inversión directa. Distintas fuentes atribuyen esta posición a que los empresarios actúan de esa manera para acumular beneficios. Diferentes expertos reconocen que lo importante es la inversión para adecuarse a los niveles de los países avanzados, pero entienden que si no hay un compromiso de las empresas para avanzar en I+D el resultado, a nivel general, puede ser baldío. Los datos estadísticos oficiales evidencian que el esfuerzo de las empresas en este terrenos en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa es de un 1,14% del PIB, mientras que en Nafarroa se sitúa en el 1,01%. Por contra, las empresas suecas invierten un 2,75% sobre el PIB, las finlandesas un 2,46%, y las japonesas el 2,36%. Los países más punteros en cuanto a productividad mantienen una inversión muy elevada en el desarrollo de productos tecnológicos. Esa es una de las debilidades de la economía vasca en general, porque en esta cuestión se está produciendo una cierta relajación en cuanto a la inversión económica en relación a la riqueza que se genera. Estas diferencias agudizan las debilidades ante el mercado exterior y a la hora de captar nuevos clientes. Así está ocurriendo con el nivel de innovación de las empresas. Se calcula que en general un 17% de las empresas vascas realiza tareas de innovación en el sentido amplio, se amplía por encima del 32% si se tienen en cuenta las empresas con una plantilla superior a 10 trabajadores. En Hego Euskal Herria, más del 90% de las empresas son pequeñas. 70.000 millones perdidos por la disminución de
productividad
Un estudio de Proudfoot Consulting considera que el coste laboral en el Estado español debido a la baja productividad sumó los 69.991 millones en 2004. De 2005 todavía no hay datos. La consultora elabora estudios de este tipo en Alemania, Estado francés, Austria, Estado español, Hungría, Portugal y Gran Bretaña. Reconoce que las horas trabajadas por cada empleado, en el conjunto del Estado español se redujo en 2004 respecto a 2003, pero «ocupaba la tercera posición en número de horas trabajadas». La tasa general de productividad en 2004 en el Estado español se situó en el 61%, un punto por encima del año anterior. Alemania tiene un índice de productividad, según Proudfoot Consulting, del 64% y Gran Bretaña del 63%. -
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