Armado caballero por Johan Bruyneel, recibido el año pasado en el seno de la falange del Discovery Channel, el ucraniano Yaroslav Popovych pasaba por ser el heredero al trono de Lance Armstrong en el Tour.Desgraciada o afortunadamente, según se mire, sí tienen puntos en común. Es forzoso constatar que entre ambos apenas ha habido contacto. ¿Quizá por la barrera lingüística, quizá por las elecciones geográficas (la Toscana en vez de Catalunya)? Sea como fuere, “Popo” y Armstrong han compartido maillot y colores sin cruzar demasiadas palabras.
De hecho, los dos no tienen más que una afinidad: la clase, algo que sin duda tiene el chaval de Drogobych (ex URSS), de 26 años. Más cerca de Viatcheslav Ekimov, otro corredor de la antigua Unión Soviética, el amigo del presidente George Bush nunca apreció el carácter bonachón del ex campeón del mundo aficionado de 2001 en linea, enrolado desde el Landbouwkrediet después de que definitivamente pasara a profesionales en 2002.
Ortodoxo confeso, como demostró al santigüarse tres veces emulando a Roberto Laiseka en la cima de Luz Ardiden, el viernes sobre la linea de meta al pie de la ciudad medieval de Carcasona, Popovych es el prototipo de corredor de carácter, a pesar de que las esperanzas de este Tour hayan quedado hechas trizas, al ceder la víspera en Pla de Beret, donde terminó vigésimo sexto, a casi seis minutos y medio.
Popo está dotado de capacidades superiores a la media, a pesar de no poseer un cuerpo fuera de lo normal (1,72 metros y 64 kilos). Y Bruyneel tiene paciencia. Con contrato con Discovery hasta 2007, Popovych quedará al frente, toda vez que George Hincapie enterró en el Val d’Aran su recién estrenado rango de jefe de filas, designado así por el mismísimo caballero Lance.
Se le había criticado su pobreza táctica, pero Popovych demostró lo contrario viéndoselas con un hombre del temple de Oscar Freire, triple campeón del mundo. Supo maniobrar. Se olvidó de los rumores fundados según los cuales se benefició del marcaje que el esprinter español había realizado a Alessandro Ballan, el más fuerte de la fuga, para que el Rabobank del ruso Denis Menchov fuera correspondido en su búsquedad del Grial amarillo.
Su primer éxito en la Grande Boucle prueba que tiene madera. Pero todo parecido con un corredor que haya ganado siete Tours es fortuita. -
LUCHON