DONOSTIA

Tras una campaña, la pasada, caracterizada por el proceso de adaptación del cordobés a su nuevo equipo, es consciente de que durante la presente la demanda de la grada y el cuadro técnico hacia su juego va a ser bastante más elevada.

«Uno siempre trata de dar el máximo en todos los partidos y para ello nos estamos preparando en esta pretemporada que, como todas, es bastante dura, pero que nos va a venir muy bien», comentó Novo.

Para el centrocampista, al que Bakero está probando en banda pese a jugar como pivote el año pasado, una de las claves para mantenerse un año más en la Primera División va a ser el papel del equipo en Anoeta. «Sabemos que en casa está la salvación y, a partir de ahí, habrá que marcarse nuevos objetivos», adelantó.

Mitigada por la excelente acogida que ha tenido entre sus nuevos compañeros, Claudio Bravo también confirmó la dureza de la presente semana. «Me esperaba un poco más difícil adaptarme a conocer a mis nuevos compañeros y los nuevos entrenamientos», confesó.

El guardameta chileno incidió además en la competencia que con su llegada se va a producir en la portería txuri urdin, a la que calificó de «sana», ya que «los dos son jóvenes (Riesgo y Zubikarai) y tienen ganas de jugar, como yo».

En cuanto a la sesión de ayer, la nota más preocupante la puso Morten Skoubo, que tuvo que retirarse en los últimos minutos del partido a todo el campo que disputó la plantilla, a causa de unas «molestias en el tendón de Aquiles izquierdo», como él mismo reconoció.

También se ausentaron al entrenamiento Darko Kovacevic, al llevar mayor carga de trabajo que el resto, y Markel Bergara, que continúa con sus molestias. Del mismo modo, Gaizka Garitano e Igor Jauregi siguen con sus respectivos procesos de recuperación.

Mañana también comenzará la pretemporada el Sanse, que se prolongará por espacio de seis o siete semanas para afrontar con garantías su cuarta temporada consecutiva en la Segunda B.