20.000 toneladas de hormigón van a ser necesarias sólo para levantar los cimientos sobre los que se van a asentar los edificios, destacó el alcalde de Hendaia, Kotte Ecenarro, para dar una idea del tamaño del proyecto que se está llevando a cabo en el centro de la ciudad. Además de intentar dinamizar el casco urbano del municipio costero, que hoy en día sufre de una falta notoria de afluencia de visitantes, el proyecto Zubietan también quiere cerrar la «cicatriz» que provocó el tren con su llegada en el siglo XIX y que dividió el centro en dos partes.

El espacio ha sido adquirido por la sociedad Entrepuentes, creada dentro de Dragados, a la Red Ferroviaria de Francia y a la SNCF. Las negociaciones han sido muy largas, sobre todo para establecer las normas y los tiempos de trabajo, ya que el tráfico ferroviario sigue su frecuencia habitual.

Zubietan se está construyendo entre los dos puentes que pasan por encima de las vías del tren y unen la zona del centro. En la zona más baja irán los edificios en los que se construirán las 380 viviendas, de las cuales 20 serán de protección oficial. También habrá una plazoleta, y la mayor parte de los locales serán comerciales. En la zona más alta, al otro lado del puente, que se encuentra a mayor altura y al lado de la escuela, se situará el hotel.

Al tratarse de una zona que se encuentra en pendiente habrá tres niveles. El primero, y más bajo, es el que se está construyendo en este momento, y cuando esté terminado empezarán a construir el edificio que irá sobre él, aunque seguirán colocando las vigas de hormigón que servirán de base sobre la que se edifique el barrio de Zubietan.

Parkings «subterraneos»

Los aparcamientos irán en el segundo y el tercer nivel, en los que hay una mayor distancia entre la base de hormigón y la zona peatonal. En estas zonas se construirán dos pisos de aparcamientos subterráneos. De las 570 plazas para automóviles que se construirán, el Ayuntamiento prevé convertir entre 100 y 150 de las mismas en parking público.

«Los edificios tendrán entre tres y cinco pisos, y el punto más alto no superará la altura del colegio que existe hoy en día, y que está al borde de las vías del tren», explicó Kotte Ecenarro, que ha sacado adelante una modificación de la ley en el Consistorio para que en esa zona se puedan construir casas de esa altura.

El puente que está a mayor altura se demolerá para adecuarlo al nivel del proyecto. En su nueva construcción el puente perderá su «estatus», ya que se encontrará rodeado de edificios y tanto la carretera como las aceras serán más anchas que las actuales.

Los locales comerciales se emplazarán en los bajos de los edificios. «A nosotros nos gustaría que en la zona baja se situasen los establecimientos relacionados con la salud, la estética y la belleza. En el centro, los productos regionales de calidad y en una tercera zona, todavía está por decidir lo que va. Alrededor de la plazoleta lo más probable es que se instalen bares y restaurantes», explicó el primer edil.

La plazoleta se situará detrás de las casas ya existentes y que hoy en día separan la plaza del pueblo de la vía de ferrocarril. Entre estos edificios habrá una calle que una los dos espacios abiertos.

Todavía no se conocen las firmas que adquirirán un local en el barrio de Zubietan. Por otra parte, varios comerciantes de la ciudad que hoy en día tienen su negocio en otros barrios han dejado clara su intención de instalarse en el nuevo asentamiento.

En el hotel que se situará en la parte más alta se prevé que habrá entre 40 y 50 habitaciones, pero todavía queda mucho por decidir, tal y como expresó Ecenarro: «Todavía no se ha decidido gran cosa, no sabemos si va a ser un hotel o una residencia hotelera». El alcalde explicó la diferencia entre los dos tipos de establecimientos, «una opción es el hotel clásico, con los dormitorios. Por otra parte hay una gran demanda para las residencias hoteleras, es decir son pequeños pisos, una habitación con una pequeña cocina pero que a la vez dispone de ciertos servicios para atender a los clientes».

Venta de pisos

Las 360 viviendas que serán ofertadas al público se gestionan en dos inmobiliarias, una en Hendaia y otra en Donostia. Esta última fue la que adquirió el derecho de oferta en primer lugar, por lo que la mayor parte de los pisos se han apalabrado allí. Esto ha despertado un cierto desconcierto entre la gente de Hendaia, porque dicen que todos los pisos van a ser adquiridos por residentes en Hego Euskal Herria.

«Los pisos todavía no se pueden vender. Hace unos días di dos licencias de construcción para que empezase la obra, pero aún habrá que esperar porque habrá que dar dos o tres más para las modificaciones de superficie, las fachadas, las salidas de seguridad, de aparcamiento...», explicó Ecenarro.

El primer edil añadió que «todavía no se pueden adquirir los pisos, porque no se puede acudir a la notaría sin saber si un piso medirá 80 u 85 metros cuadrados». Hasta ahora 160 personas han apalabrado un piso en el complejo Zubietan, pero tendrán que esperar dos o tres meses para formalizar la compra, hasta que hayan sido entregadas las últimas licencias.

En lo referente a su valor, «yo he pedido que el precio medio sea de 1.700 o 1.750 euros el metro cuadrado, aunque eso será la empresa privada la que lo decida», declaró el alcalde de la ciudad costera. Es un precio que ha sido definido como caro por los habitantes de Hendaia. Sobre esta cuestión, el alcalde opinó que «es caro, pero se trata de un precio que ya está en Hendaia desde hace dos años, aquí ya se han vendido pisos y casas con esos precios. Es caro, pero es un precio que existe. El Ayuntamiento cuando compre los pisos de protección oficial también los comprará caros».

Ecenarro añadió que lo caro hoy en día es el suelo, especialmente en el caso de Zubietan. «Es evidente que la empresa va a ganar dinero, pero tiene un coste superior sobre el suelo natural», reseñó. Insistió en que el alto coste obedece a la dificultad de la ejecución de las obras. Ylo justificó así: «Hay mucho que construir, el suelo es de hormigón y están los problemas con la SNCF, que les está costando mucho dinero, porque tienen que quitar postes y las líneas eléctricas, y además, cuando pasa un tren, tienen que parar el trabajo, lo cual supone un coste enorme».

Para llevar a cabo estos trabajos el puente que se encuentra a mayor altura se cerrará a partir de setiembre durante tres meses. Hoy en día, la calle que une los dos puentes está cortada, pero en unos meses se volverá a abrir.