Impaciencia, un año después del fin de la campaña del IRA
El 28 de julio del 2005, el IRA hizo público un comunicado en el que anunciaba el fin de su campaña militar contra la ocupación británica del norte de Irlanda. Dos meses después, la Comisión de Decomiso confirmaba la destrucción del armamento republicano. Desde entonces, el proceso político permanece estancado, incrementando la impaciencia y la frustración de las fuerzas políticas.
Todo empezó en abril del 2005, cuando el presidente de Sinn Féin, Gerry Adams, pidió al IRA que se decantara por la alternativa negociadora para la consecución de sus objetivos políticos de la reunificación de Irlanda. El IRA contestó a finales de ese mes confirmando que estaban considerando su oferta. El 28 de julio, a través de una declaración leída por el ex-preso político Séanna Walsh, el IRA daba por terminada su campaña militar y anunciaba su intención de destruir su armamento, un hecho confirmado dos meses más tarde por la Comisión de Decomiso.Desde entonces, el proceso político ha permanecido estancado ante la negativa del unionista DUP a considerar la participación en un gobierno multipartidista con Sinn Féin hasta que se sientan satisfechos con que los compromisos que el IRA se han cumplido. Lo que bien es cierto es que con cada informe publicado por la Comisión de Verificación que evalúa el cumplimiento del alto el fuego por parte de los grupos armados republicanos y lealistas las excusas del DUP para negarse a entablar negociaciones cara a cara con Sinn Féin pierden peso político. El último informe de la Comisión de Verificación apuntaba a que el IRA se estaba moviendo en la dirección correcta y que incluso si alguno de sus miembros estaban involucrados en actos ilegales, estos debían considerarse como actos individuales para el beneficio personal, y no como operaciones de la organización. Más recientemente, el pasado 24 de julio, durante una reunión en Hillsborough, la residencia del secretario de estado británico para el norte de Irlanda, representantes británicos e irlandés aseguraron que el IRA está cumpliendo sus compromisos y no hay excusa para seguir retrasando el progreso del proceso político norirlandés.
«Una nueva era»
En un artículo de opinión publicado en el diario irlandés “The Irish Times”, el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, apunta a que «esta es verdaderamente una nueva era», y advierte que no hay que dejarse engañar por la parálisis política que parece haberse apoderado del proceso irlandés, ya que las señales son positivas. Ahern apuntó a la falta de incidentes durante la celebración del día grande del orangismo, el 12 de julio, como un ejemplo de que el proceso funciona, así como el creciente papel de las organizaciones para toda Irlanda, que facilitan la colaboración norte y sur en aspectos económicos. Así pues, mientras se acerca la fecha del 24 de noviembre, en la que Londres y Dublín establecerán un gobierno asociado sobre el norte de Irlanda si los partidos políticos no alcanzan el consenso necesario para la formación del ejecutivo, el DUP se va perfilando, bajo la severa mirada de las administraciones británica e irlandesa, como el culpable de la continuación de la crisis que se inició en octubre del 2003. Estos últimos doce meses se han producido importantes avances desde el punto de vista de la desmilitarización en el norte de Irlanda, con la desaparición de la mayor parte de las torres de vigilancia y bases militares en el sur de Armagh, Belfast y Derry, y la desaparición de las alambradas y protecciones de las comisarías de policía. Esta normalización de la situación se ha visto acompañada por una propuesta legislativa británica que permitiría la transferencia de los poderes judicial y policial al ejecutivo norirlandés. Desde entonces, el norte de Irlanda ha vivido la resurección de una Asamblea sin poderes el pasado 15 de mayo, y la más reciente creación de una Comisión para la constitución del ejecutivo, cuyo trabajo ha sido obstaculizado, una vez más, por el DUP. En una entrevista publicada en el semanario republicano An Phoblacht, el jefe del equipo negociador de Sinn Féin, Martin McGuinness reconoce la frustración que la actuación unionista causa a los republicanos ahora que el IRA ha destruido su armamento. «Lo que está claro, es que si el proceso no avanza decisivamente a pesar del esfuerzo para que el DUP participe, los dos gobiernos necesitan planear su estrategia para conseguir la implementación del Acuerdo, particularmente de una agenda para toda Irlanda», aseguraba McGuinness. -
DUBLIN
El compromiso de los gobiernos
Durante una conferencia de prensa en Belfast para marcar el aniversario del anuncio del fin de la campaña militar del IRA, el presidente de Sinn Féin, Gerry Adams, afirmó que la oportunidad abierta por el alto el fuego «podía ser todavía aprovechada por los gobiernos británico e irlandés». De nuevo, se evidencia la frustración republicana. «Doce meses después la gente está impaciente por el cambio», advirtió Adams. «Considerando los retrasos y paradas es absolutamente comprensible que nacionalistas y republicanos tengan reservas sobre el compromiso de los gobiernos para con la implementación de un acuerdo que debería haber sido implementado hace años», explicó el líder republicano, que exigió a las administraciones de Londres y Dublín que expliquen con claridad cuál será la estrategia a seguir si el 24 de noviembre los partidos no alcanzan acuerdo para la creación de un ejecutivo y la Asamblea norirlandesa es disuelta.
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