BILBO

Otegi, que intervino ante los medios en primer lugar, afirmó que todo el conjunto de formaciones políticas que han participado en los encuentros bilaterales de los últimos meses, «a excepción, quizás, del PSOE», comparten la convicción de que se dan las condiciones pa-ra abrir un foro de diálogo multipartito.

No obstante, advirtió que si Batasuna y la izquierda abertzale «siguen siendo perseguidas policial y judicialmente» no se podrá construir un diálogo cuyo fin es resolver el conflicto de manera democrática. «Nos parece una reflexión razonable, de sentido común, afirmar que la actividad política de Batasuna y la izquierda abertzale tiene que ser respetada, porque respetar la interlocución es generar condiciones de confianza y de solidez suficientes para que el proceso político alcance sus objetivos», precisó.

Interlocutor necesario

En este contexto, resaltó que la reunión celebrada ayer, como las anteriores, «certifican» que Batasuna y la izquierda abertzale mantiene relaciones abier- tas con el conjunto de formaciones políticas de Euskal Herria, a excepción del eje UPN-PP y de UMP.

El dirigente abertzale, que calificó de «agradable y sincero» el encuentro con los dirigentes jeltzales, indicó al resto de formaciones políticas que el proceso de diálogo «no puede ser excluyente en ningún caso, si de lo que se trata es de resolver el conflicto político» y, en esta línea, añadió que «nadie tiene derecho, ni autoridad política o moral, para decirle a ningún agente político en Euskal Herria que no puede participar en este proceso de diálogo. El diálogo ­puntualizó­ tiene que estar abierto al conjunto de formaciones sociales, sindicales y políticas del país».

Otegi incidió en que «ya no existe ningún tipo de condicionamiento para poner en marcha el diálogo político» y precisó que, para la izquierda abertzale, el objetivo de este proceso de diálogo multipartito es «alcanzar un acuerdo político que, respetando la pluralidad de Euskal Herria, tenga por objetivo devolver a los ciudadanos de este país la voz, la palabra y la decisión».

Por lo tanto, el objetivo de este proceso pasaría por «llegar a un acuerdo que, aunque necesariamente debe respetar la pluralidad de Euskal Herria, lo que tiene que buscar es la manera acordada de ejercitar el derecho a que los vascos decidamos libre, democrática y pacíficamente nuestro futuro político», resumió el líder independentista.

Por su parte, el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, concretó que, en la primera fase de otoño, podría cerrarse un acuerdo sobre la metodología y los procedimientos de trabajo para una futura mesa de partidos. «Se dan las condiciones para ello», aseguró durante su comparecencia ante los medios.

El líder jeltzale, que calificó de «positiva» la reunión con Batasuna, se mostró convencido de que «es posible alcanzar un acuerdo político en Euskadi», aunque consideró que «aún queda mucho trabajo por hacer» en el foro de diálogo.

En esta línea, apostó por un pacto «respetuoso con la voluntad democrática y con la plu-ralidad de la sociedad vasca». Indicó, asimismo, que dicho acuerdo deberá incluir una ejecución pactada del mismo. «Los partidos políticos vamos a tener que pactar cómo llevamos ese acuerdo al marco jurídico-político», explicó.

Recorrido legal

En ese contexto, y a preguntas de los periodistas, Imaz quiso matizar sus declaraciones del miércoles cuando, tras reunirse con el secretario general del PSE, Patxi López, consideró innecesario el visto bueno de las Cortes españolas a los acuerdos que adopte la mesa. «Si ese acuerdo político se plasma en un nuevo Estatuto es evidente que éste tendrá su marco de recorrido legal», dijo.

Imaz valoró positivamente los contactos bilaterales y aseguró que han servido para «generar confianza» entre los partidos y para «comprobar el valor del diálogo como fórmula para resolver los problemas».