BAIONA
El parking de la maternidad del Hospital de Baiona fue el improvisado escenario del breve y emotivo acto de despedida que familiares, amigos y compañeros de Iñaki Rike Galarza brindaron al exiliado político, fallecido el jueves en ese centro hospitalario a consecuencia de una grave enfermedad. Allí, antes de que su cuerpo iniciara el camino de regreso a Lezama, su localidad natal, unas 200 personas brindaron su último adiós a una persona que durante años conoció de primera mano las consecuencias de la represión contra los militantes vascos.
En ese acto, un representante de Askatasuna se dirigió a los presentes recordando la trayectoria militante de Rike, que estuvo prisionero durante 18 años en cárceles españolas, en las que desarrolló numerosas luchas para reivindicar sus derechos, y que después de quedar libre hace seis años y medio tuvo que volver a exiliarse hace algo más de un año.
Desde el organismo antirrepresivo destacaron que todo este recorrido vital, marcado por la represión de los estados, afectó sin duda a la salud de este ciudadano vasco, y por ello no dudaron en situar la responsabilidad de su muerte en los estados español y francés.
Askatasuna destacó que Madrid y París «tienen en sus manos dar solución al conflicto que sufre Euskal Herria» pero, por contra, «una y otra vez niegan esa posibilidad, y originan que sucedan cosas como ésta».
«El Colectivo de Refugiados Políticos Vascos lleva reivindicando desde hace tiempo su derecho a vivir libre en Euskal Herria agregó, y vivir libre significa hacerlo con todos los derechos y garantías, y sin tener que sufrir ningún tipo de represión de los estados».
Después de esta última despedida en Baiona, en torno a las 17.00 el féretro de Rike Galarza partió en dirección a Bizkaia, al valle de Txorierri, donde le esperaban sus vecinos.
Aurresku y bertsos
Unas 500 personas participaron en el recibimiento realizado en Lezama, que acogió a la comitiva vestida con ikurriñas, carteles y pancartas con el símbolo de la amnistía y del Colectivo de Presos Políticos Vascos.Rike Galarza llegó sobre las 19.00 a su pueblo, y su féretro fue portado durante medio kilómetro por diferentes personas que se turnaron hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento. Allí, le bailaron un aurresku de honor y se cantaron varios bertsos en su memoria.
La capilla ardiente permaneció durante un tiempo en la plaza, para que sus convecinos y personas llegadas desde otras localidades pudieran despedirse de él. Antes de trasladarlo al tanatorio, un violinista tocó una canción, y tras un nuevo aurresku, los congregados cantaron el “Eusko gudariak”.
El cuerpo del exiliado vasco será incinerado hoy a las 18.00.
Se le rendirá homenaje el 5 de agosto
Además de las movilizaciones convocadas en las horas siguientes a conocerse la noticia del fallecimiento de Iñaki Rike Galarza, al exiliado político de Lezama se le rendirá un acto de homenaje en esta misma localidad el próximo 5 de agosto, sábado, según informó ayer Askatasuna mediante un comunicado. Mañana se darán más detalles de este acto. El pasado jueves, un centenar de personas participó en una concentración en la plaza del Ayuntamiento de Lezama, y ayer fueron 500 las que secundaron las movilizaciones. -