BILBO
Los cuatro heridos graves a consecuencia de la explosión de gas de Laredo permanecían ayer ingresados en el Hospital de Cruces. Se trata de un matrimonio y sus dos hijos, vecinos de Getxo al igual que una de las cinco personas fallecidas tres eran vecinas de Bilbo y otra residía en Erandio en el trágico suceso que tuvo lugar la madrugada del jueves en la localidad cántabra de Laredo. El director del Hospital de Cruces, Jaime Ballesteros, ofreció en rueda de prensa el parte con el pronóstico de los pacientes ingresados en este centro. Según sus propias palabras, continuaban «muy graves» y no se podía determinar si en las últimas 24 horas habían empeorado «en un cinco o un diez por ciento», siendo su pronóstico vital de «alta gravedad». Todos permanecen en la Unidad de Críticos, con vigilancia y atención continuadas y con soporte ventilatorio, para mantenerse oxigenados, y circulatorio.
La madre, Reyes Barreras López, de 40 años, sufre quemaduras profundas en el 40% del cuerpo y necesita ventilación mecánica. El padre, Alberto Caselles Ríos, de 39 años, tiene quemaduras profundas en el 50% de su cuerpo, está conectado a ventilación mecánica y ha presentado inestabilidad hemodinámica, precisando soporte inotrópico. El pronóstico médico de ambos es grave.
La niña de 8 años, Raquel, también tiene quemaduras sobre el 40% del cuerpo. Roberto, de 4 años, quien el mismo jueves fue operado,tiene quemaduras en el 45% del cuerpo, en tronco y extremidades. Los dos hermanos, con pronóstico muy grave, continúan con ventilación mecánica; se les han realizado curas en la superficie quemada, se les han ampliado las incisiones liberadoras en las extremidades y, si su evolución lo permite, la próxima semana se les practicarán injertos de piel. Durante la comparecencia ante los medios de comunicación, el doctor Ballesteros aclaró que el hecho de que el jueves se diera un informe más preciso sobre el niño no implica que la situación de su hermana sea mejor.
Mientras tanto, ya han recibido el alta médica los otros ocho heridos, todos ellos leves y afectados por inhalación de humo, que tuvieron que ser atendidos el jueves en el Hospital comarcal de Laredo, ubicado a escasa distancia de la residencia Jai-Alai, donde se produjo la explosión y posterior incendio. La última en recibir el alta fue una mujer de avanzada edad, que dejó del hospital en la mañana de ayer. La mujer pasó la noche en observación debido a que padece una cardiopatía.
Un refugio mortal
La familia de Getxo hospitalizada en Cruces se encontraba veraneando en el piso de la residencia Jai-Alai en el que tuvo lugar la explosión. La vivienda está situada en el segundo piso del portal 38-B de la calle Derechos Humanos de Laredo. Según todos los indicios, la explosión se produjo a causa de la condensación de gas propano en la cocina y a una chispa que sirvió de detonante. Esto ocurría a las 4.20 de la madrugada.A continuación se inició un incendio que se propagó rápidamente por las zonas del inmueble más próximas a la vivienda citada. 33 vecinos pudieron abandonar el edificio, unos a través del portal y otros gracias a las escalas instaladas por los bomberos. No ocurrió lo mismo con las cinco personas que, tras la extinción de las llamas, los bomberos encontraron en el baño de un apartamento del tercer piso y que fallecieron a consecuencia de la inhalación de humo.
Estos cinco ciudadanos vascos residían en dos viviendas del tercer piso situadas encima del apartamento en el que se localizó la explosión. En la que fueron hallados los cinco cuerpos sin vida habitaban el matrimonio formado por Jaime Bilbao Azketa, de 79 años, y María Trinidad López, de 70, así como su hija Ana María Bilbao López, de 37. En un apartamento contiguo se encontraban Emilia Ballesteros Orue, de 93 años, y su cuidadora, Elsa Taboada López, de 43 años. Según la reconstrucción realizada por los expertos tras la primera inspección, estas dos últimas habrían decidido refugiarse en la vivienda de la familia de Bilbo ante el avance de las llamas. El incendio arrasó las plantas tercera y cuarta del edificio y se extendió por la fachada a través de los toldos y la ropa tendida que había en el inmueble.
Los féretros con los cadáveres de las cinco personas fallecidas fueron trasladados el jueves al Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, en la ciudad de Santander, para realizar las correspondientes autopsias, cuyos resultados serán enviados al juzgado encargado de esclarecer las circunstancias en que se produjo la tragedia.
Funerales en Ortuella y en Bilbo
Los funerales por cuatro de los cinco fallecidos en Laredo se llevaron a cabo ayer en Ortuella y Bilbo. En la primera localidad, en la iglesia parroquial de San Félix de Cantalicio, se ofició una misa por Emilia Ballesteros, que era natural de la villa minera aunque residía en Getxo. En la iglesia de la Inmaculada de la capital vizcaina se llevaron a cabo los funerales por el matrimonio formado por Jaime Bilbao y Maritxu López y por la hija de ambos, Ana María Bilbao. Por otro lado, el Pleno del Ayuntamiento de Getxo guardó un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas. -