BEIRUT
Un mes después del inicio de su campaña de agresión militar, el Ejército israelí (Tsahal) seguía enfrascado en su intento de controlar enclaves estratégicos en las localidades fronterizas del sur de Beirut, intento que seguía topándose con la enconada resistencia de la guerrilla de la organización chiíta Hizbula (Partido de Dios).Fuentes policiales del Gobierno libanés que mantiene a su Ejército de 70.000 hombres al margen de la contienda en la que Israel está arrasando su país, confirmaron que varias columnas israelíes, que penetraron en Líbano por la frontera de Metula, lograron avanzar siete kilómetros en territorio libanés y entraron en la localidad de Maryayun.
El Ejército israelí, que permaneció pocas horas en sus calles y registró infructuosamente en busca de lanzaderas de Hizbula un cuartel que albergaba a cientos de soldados y policías libaneses hieráticos, presentó como un «importante avance estratégico» la toma de Maryayun, localidad cristiana y antiguo feudo de las milicias libanesas pro-israelíes en la guerra civil que asoló al país a finales del pasado siglo.
Ello no le evitó al Tsahal sufrir «importantes pérdidas», tal y como reconocieron los medios israelíes, en los combates en los alrededores de la villa cristiana.
Pero la verdadera contraofensiva de la guerrilla chiíta tenía ayer como objetivo frenar el avance en tenaza del Ejército israelí contra la localidad de Khiam, plaza fuerte de Hizbula. Pese a que la aviación israelí dio cobertura aérea a la infantería bombardeando insistentemente todo el sector, corresponsales de AFP confirmaron la destrucción de muchos blindados israelíes, 14 según el recuento de la guerrilla, que anunció la muerte de 18 soldados israelíes. Tel Aviv se limitó a confirmar una baja militar mortal y más de una decena de heridos y aseguró, por contra, haber «liquidado» a medio centenar de guerrilleros.
Israel reconoce 81 soldados muertos desde que comenzó la agresión, a lo que hay que sumar los 38 civiles muertos en suelo hoy israelí.
Lejos de los 1.002 civiles libaneses muertos, según el recuento oficial. Hay que añadir 30 soldados y policías libaneses. Hizbula reconoce 58 bajas, a las que hay que sumar ocho de grupos armados afines.
Junto a la disparidad cuantitativa y cualitativa de víctimas la mayoría de las libanesas son civiles y la mayoría de las israelíes son militares, destaca la abismal diferencia de medios de ambos bandos.
Israel calcula que se enfrenta a como mucho 4.000 milicianos, organizados en batallones de 150 miembros y que disponen de unos 10.000 cohetes.
El Tsahal (600.000 hombres y más de 4.000 tanques) ha perpetrado 8.000 mortíferos ataques aéreos y ha lanzado contra Líbano más de 100.000 obuses. 7.000 soldados combatían ayer en Líbano y otros 13.000 esperaban en la frontera.
Y no avanza. Y en Israel los expertos militares hablan de la necesidad de ganar para restaurar ante el enemigo árabe el mito de su invencibilidad.
Marius SCHATTNER
TEL
AVIV Modernos misiles anti-tanque de Hizbula infligen dolorosas pérdidas al Ejército israelí (Tsahal). Sus portavoces reconocen que la mayoría de sus bajas militares han sido provocadas por estos misiles, eficaces contra el impresionante blindaje israelí.
«Hizbula ha estudiado detalladamente las características de nuestros blindados y conoce sus puntos flacos», señala un oficial que pide el anonimato.
Hasta los Merkava de última generación, considerados los carros más potentes y mejor blindados del mundo, se han mostrado vulnerables a los ataques.
Los expertos israelíes aseguran que los milicianos chiítas dan prueba de gran temeridad, dejando acercarse al Tsahal para abrir fuego a corta distancia.
Analistas militares aseguran que los misiles «más eficaces son los Metis-M y los Kornet, fabricados por Rusia y suministrados por Siria en los noventa (...) Son los más temibles, porque son capaces de superar los blindajes activos de los tanques modernos israelíes».
El diario “Yediot Aharonot” asegura que «la falta de preparación y previsión del Tsahal frente a los misiles anti-tanque constituye ya uno de los más graves errores estratégicos de esta guerra.
Pero el problema, insisten, no es técnico, ya que siempre habrá una competencia sin fin entre el blindaje y los misiles concebidos para destruirlo.
«Lo esencial es que el Ejército israelí ha aprendido con sangre que no se enfrenta a una banda de terroristas sino a un verdadero ejército», sentencian.
Bombardeos israelíes y respuesta de la
guerrilla
Los ataques aéreos de Israel contra Líbano mataron ayer a cuatro civiles e hirieron a 28. Hizbula respondió con sus cohetes, que dejaron un saldo de dos palestinos con pasaporte israelí muertos, uno de ellos un bebé. Israel urgió a los habitantes del sur de Beirut a huir. Hizbula pidió a los palestinos abandonar sus pueblos cerca de la frontera. -
