LONDRES
La Policía británica ya había anunciado en otras ocasiones el desmantelamiento de planes «terroristas», pero la mayoría pasaron desapercibidos para la gente. Sin embargo, el anuncio de ayer cobró relevancia por las consecuencias que tuvieron para decenas de miles de personas las medidas de seguridad aireportuarias. La compañía de información especializada OAG calcula que unas 400.000 personas sólo en territorio británico pudieron resultar afectadas. El Departamento británico de Transportes elevó las medidas de seguridad hasta niveles que causaron larguísimas colas, esperas y retrasos. El aeropuerto londinense de Heathrow, uno de los más activos del mundo, estuvo cerrado a los vuelos de menos de tres horas hasta las 18:00 hora local. British Airways canceló todos sus vuelos domésticos, europeos y a Libia, mientras que easyJet y Ryanair anularon sus operaciones con origen o destino a Londres.
Según OAG, Heathrow tenía previstos ayer más de 650 despegues, de ellos 76 hacia Estados Unidos. En todo el país estaban programados 3.800 vuelos.
Las cancelaciones y retrasos se debieron a la alarma inicial y a las medidas de seguridad implantadas. El Departamento de Transportes pidió a todos los pasajeros paciencia y cooperación con la Policía. Además, difundió una lista de los efectos personales básicos que los pasajeros podrán llevar consigo durante el vuelo, «en una sola bolsa de plástico, a ser posible transparente». Sólo se podrán llevar carteras y monederos pequeños con su contenido imprescindible (dinero, tarjetas de crédito, carnets de identidad), pero no bolsos, y los documentos de viaje esenciales (pasaporte y billetes). En casos especiales, y tras estrictos controles, se permitirán medicamentos y comida y utensilios para los bebés.
Los pasajeros que viajen a Estados Unidos serán sometidos a un segundo control en la puerta de embarque.
Según los testimonios recogidos por BBC en Heathrow, los pasajeros estaban más preocupados por los retrasos y la escasa ayuda ofrecida por las compañías aéreas. «Nos deberían dar algo de comer y beber y algo de dinero para avisar nuestras familias. Voy a acabar pasando la noche en este frío aeropuerto», se quejaba Charlotte Demant, que hacía escala para ir a Dinamarca. «Tengo un vuelo de 24 horas y no tengo nada para leer», decía una viajera que se dirigía a Australia.
La alarma en Gran Bretaña ha afectado a la mayoría de los aeropuertos europeos, entre ellos los de Loiu (Bizkaia) y Foronda (Gasteiz), que cancelaron seis de los ocho vuelos con origen o destino a Londres.
«Matanza sin precedentes»
El origen de esas incomodidades fue el anuncio de los servicios de seguridad británicos MI5 y Scotland Yard del desmantelamiento de una trama que supuestamente pretendía atentar contra aviones comerciales y hacerlos explotar sobre el Atlántico. En palabras de los responsables británicos, el atentado habría supuesto «una matanza de escala inimaginable» y «sin precedentes».
Según la escueta información que facilitaron las autoridades británicas, ayer había 24 personas detenidas en Londres, sus alrededores y Birmingham. Los medios de comunicación afirmaban que los aviones objetivo del atentado iban a ser diez. El nivel de «alerta terrorista» en todo el país se elevó de «grave» a «crítico».
El ministro de Interior británico, John Reid, afirmó que la Policía está convencida de que ya están detenidos los «principales actores» del complot, pero añadió que las autoridades no quieren pecar de «autocomplacientes». «El nivel de alerta se ha elevado como una medida de precaución. Además de esta operación concreta, se está manteniendo un alto nivel de vigilancia. Espero que esto no despierte el pánico entre la gente», agregó. Reid compareció en rueda de prensa con su homólogo de Transportes, Douglas Alexander, y con el número dos de Scotland Yard, Paul Stephenson. Ninguno quiso comentar los detalles de la operación, que Reid calificó de «compleja» y «aún en curso». Todos ellos insistieron en que no ha terminado la amenaza.
Las autoridades británicas tampoco dieron información sobre la nacionalidad, la etnia o la religión de los sospechosos. Menos discreto fue el secretario de Seguridad estadounidense, Michael Chertoff, quien no dudó en afirmar que los objetivos de los atentados serían vuelos con destino a Nueva York, Washington y Los Angeles, procedentes de Londres y que la sofisticada planificación de los atentados sugería «vínculos con Al Qaeda».
Chertoff no confirmó la información facilitada por responsables anónimos de seguridad a la agencia AP y que apuntaba a que los objetivos eran vuelos de American Airlines, Continental Airlines y United Airlines. Según los medios británicos, los sospechosos serían ciudadanos británicos de origen paquistaní, una hipótesis que también avanzó el ministro de Interior francés, Nicolas Sarkozy.
LONDRES
Desde que los atentados del 11 de setiembre de 2001 alertaron de que Europa podría ser objetivo de grandes atentados islamistas, la Policía británica ha anunciado el descubrimiento de varios «complots terroristas». El 22 de diciembre de 2001, el británico Richard Reid fue reducido en el vuelo de American Airlines Paris-Miami en el que viajaba, cuando supuestamente trataba de hacer estallar explosivos plásticos que llevaba en sus zapatos.
En enero de 2003, la Policía anunció haber descubierto un plan para esparcir un veneno, ricina, en Londres. Un mes después, cientos de tropas y vehículos ligeros se desplegaron en el aeropuerto de Heathrow después de que la Policía alertara de que Al Qaeda pretendía atacar la capital británica.
En febrero de 2004, la aerolínea British Airways canceló varios vuelos a Washington y Riad (Arabia Saudí) tras recibir alertas de las inteligencia de Estados Unidos. En marzo de 2004 fueron arrestados en el sudeste de Londres varios hombres a los que se les confiscaron 600 kilos de fertilizante químico. Les acusaron de intentar atacar la red eléctrica británica, bares y trenes.
El 7 de julio de 2005 Londres fue escenario de uno de los peores atentados, en su red de metro y autobuses, en los que murieron 52 personas. Dos semanas después, el día 21, cinco hombres intentaron atacar de nuevo la red ferroviaria y un autobús, pero los explosivos no estallaron. La Policía afirma haber fustrado cuatro complots desde entonces.
Blair sigue de vacaciones en Barbados
El primer ministro británico, Tony Blair, elogió ayer desde su lugar de vacaciones en el Caribe el «inmenso» esfuerzo de la Policía y los servicios de seguridad de Gran Bretaña. Blair, que, según su oficina, ha seguido desde Barbados el desarrollo de la operación policial, destacó en su mensaje «la enorme cooperación con las autoridades estadounidenses, que ha sido de gran valor». -