DONOSTIA
Mikel Odriozola terminó quinto en su tercera prueba de 50 kilómetros marcha del 2006, para él la más importante del año, y cuya victoria fue para el francés Yohan Diniz. Tanto el vasco como el ganador fueron descalificados en el Mundial de Helsinki’2005, así que para ambos sus resultados tienen algo de reencuentro con la disciplina. Diniz llegaba más fresco, Odriozola más curtido, con tres 50 en sus piernas y en su cabeza por primera vez en su vida. Horas después de completar el reto, el guipuzcoano hacía una valoración para GARA «positiva. He estado en las medallas y sigo pensando que esta ha sido mi mejor temporada. Me faltaba la guinda, pero un quinto puesto creo que está bien».
Primero en el Campeonato de España y cuarto en la Copa del Mundo, ocupó ayer una posición digna en el Europeo, un certamen con el que mantenía sus más y sus menos fue cuarto en Budapest’98 y descalificado en Múnich’02 cuando iba tercero a falta de 2 kilómetros.
Ayer, Odriozola aguantó los rigores físicos y psíquicos de la distancia en unas condiciones extremas, puesto que los últimos 10 kilómetros marchó bajo el agua, un diluvio, hasta el punto de que el oreretarra, curtido en circuitos como el de A Coruña y con más de media vida entrenando entre Barcelona y la lluviosa Euskal Herria, llegó a afirmar que nunca había competido bajo un aguacero semejante. «Ha sido un chaparrón tremendo. Casi no veías quien iba delante».
Nizhegorodov, descalificado
Una treintena de atletas se reunió de mañana en el estadio Ullevi, que amaneció con temperatura fresca y el suelo mojado. De ellos cinco terminaron abandonando y dos fueron descalificados, uno de ellos de los importantes puesto que Denis Nizhegorodov, subcampeón olímpico en Atenas, entraba en todos los pronósticos, por ejemplo en los de Odriozola pero también en los de Robert Korzeniowski, la gran figura de la marcha metido ahora a labores de entrenador. El atleta de la Real salió del estadio en el grupo de cabeza, acompañado de otros ocho andarines que se mantuvieron junto a él hasta el kilómetro 10. El ruso Yuri Andronov, finalmente bronce, organizaba el trabajo mientras su compatriota Nizhegorodov empezaba a recibir avisos de los jueces. La tercera, la roja, le llegó pronto. Así que para el kilómetro 17 había desaparecido de escena uno de los posibles ganadores. Odriozola seguía a lo suyo, aunque ya descolgado del grupo de cabeza, en el segundo, junto con el español García Bragado y el polaco Gregorz Sudol.
Por delante mandaba el noruego Nymark, mientras el sorprendente vencedor ya era segundo y Odriozola séptimo. Diez kilómetros después llegaba la lluvia, una tromba que continuó hasta el final mientras se desencadenaba un desenlace inesperado. El francés cazó al noruego, hasta entonces sólido líder en solitario durante 20 kilómetros, cuando faltaban seis para poner fin a la pesadilla.
Después Bragado le arrebató la hipotética plata y Andronov el bronce. Diniz realizó la mejor marca de su vida para conseguir el oro y su triunfo más importante, unos 3.41:39, muy cercanos a los 3.41:47 que Mikel acredita como mejor registro de siempre desde el pasado año, cuando llegó a Helsinki ilusionado con su marca y como Diniz terminó descalificado.
Detrás de Nymark entraba Odriozola, que había terminado de creerse «que estaba ahí, y además rondando las medallas, con opciones como yo esperaba». Ahora confía en que sus resultados de esta temporada le den plaza de fijo para los Mundiales de Osaka que el próximo año se celebrarán en Japón y «me dedique a preparar sólo ese 50. Igual entonces podemos hablar de medallas», sentenció.
Loureiro, eliminada en 100 vallas
Arantza Loureiro se despidió de Goteborg en la primera eliminatoria de 100 metros vallas y además de efímera tuvo una actuación accidentada cuando un juez le sacó una tarjeta, ella dijo que no había hecho nada y se la colocaron a otra de las concursantes. Más tranquila se dispuso a tomar la salida en la primera serie. No tuvo suerte. La bilbaina viajó a Goteborg con el objetivo de hacer marca y se despidió con unos 13.56 que desbarataban sus planes, pese a que la atleta del Bidezabal reconoció que no se había encontrado mal. -