DURANGO
Espectacular. Iban Mayo no conoce otra manera de ganar. El ciclista vasco se alzó con un triunfo anunciado en la Subida a Urkiola. El de Igorre bailó de nuevo sobre la bicicleta y avasalló a sus rivales en la ascensión final. Ricardo Serrano llegó segundo y reivindicó una oportunidad para el Kaiku y un sobresaliente Igor Antón cerró el podio después de trabajar para el ganador. Su victoria fue más fácil por la labor excepcional del Euskaltel-Euskadi que siguió la estela de su líder.Mayo hizo fácil la última subida.Se podría decir que ganó con una pierna gracias también al trabajo del Euskaltel-Euskadi. Dos escaladores como Luengo y Antón fueron sus lanzadores.Tras la limpieza del primero, sólo aguantaron Serrano (Kaiku), Pecharromán el Comunidad Valenciana metió a cinco corredores entre los diez primeros y Elías (Relax). Antón remató la faena, tanto que sólo Mayo pudo seguir su rueda. El de Galdakao volvió a demostrar sus enormes cualidades para la escalada.
Mayo demostró ser el referente del ciclismo vasco. Con su cuarta victoria de la temporada, suma ya 22 e iguala la marca de David Etxebarria como ciclista vasco en activo más laureado. Es el presente del ciclismo vasco, sea en el Euskaltel-Euskadi o no.Porque la afición debe aprender a disfrutar de sus triunfos sea vestido de naranja o con otro maillot. Nadie debe dar la espalda al corredor ni al equipo si sus destinos se separa en 2007. No sería justo. Porque las mejores victorias de Mayo deben estar por llegar y si tienen que llegar en otro equipo que no sea Euskaltel-Euskadi los aficionados las celebrarán igualmente.
Mejora deportiva
A Mayo ya no le quedan tantos años de plenitud como en 2003 cumple 29 en agosto y quizá sus mayores éxitos puedan llegar sin la presión que supone correr en un equipo de casa. Claro que Euskaltel-Euskadi debe intentar su renovación, y lo va a hacer sin ninguna duda, incluso seguro que Madariaga hace un sobreesfuerzo, pero si Mayo decide marcharse nadie debe reprochar nada a nadie, ni al corredor, por querer buscar un mejor rendimiento, ni al equipo. No se debe olvidar la vocación de cantera con la que nació hace ya 13 temporadas, y que el ciclismo vasco no se reduce a Mayo y Euskaltel-Euskadi debe trabajar para sacar adelante más mayos y dar una imagen como la de ayer.
Con Julián Gorospe al volante, la escuadra vasca tomó las riendas en los últimos 50 kilómetros y no se vio más que el color naranja en la carretera. Unai Etxebarria y Beñat Albizuri, bravos, realizaron un gran trabajo en el llano, y después Camaño.Nadie se atrevió a moverse, sólo el Orbea tímidamente. La carrera llegó maniatada hasta el pie de Urkiola, y, antes de empezar Mayo, se quedó sin sus más director rivales por una caída,Valverde y Ricco.Luengo, que ha progresado, tensó y sólo hubo tres supervivientes, Pecharromán, Elías y Serrano, y Antón acabó la limpieza. Mayo respondió y llegó imparable a la meta. Serrano, notable, se hizo con el segundo puesto, y Antón cerró el podio.
La fuga protagonista la formaron hasta 27 corredores, con mayoría de Euskaltel-Euskadi, Kaiku y Orbea. David López, Lobato, Víctor García y Jorge García fueron los últimos en ceder tras el descenso de la primera subida a Urkiola. Neutralizados, llegó la exhibición naranja y el remate de Mayo.
Expectativas medidas
Muy pocos elegidos pueden seguir la rueda de Mayo cuando se muestra en forma. Ayer, tuvo buenas piernas y su hachazo a falta de tres kilómetros fue inalcanzable. Así fue en 2003 cuando pasó por encima de Armstrong en la Dauphiné Liberé. Luego, ha encadenado tres fracasos consecutivos en el Tour. El último fue inesperado tras renacer en la misma Dauphiné. Pero Mayo ha aprendido. Y no se ha venido abajo. En una semana se ha llevado la Vuelta a Burgos tras exhibirse en Lagunas de Neila, fue el más fuerte el sábado en Donostia y ayer culminó.Esperemos que sea su retorno definitivo.
La Vuelta comienza el sábado 26 pero el mismo Mayo avisa
de que hay que gozar del momento. Y eso debe hacer el aficionado vasco. No duden
de que si está en forma dará espectáculo y luchará con los mejores.
