Plutón viene a representar un tamaño equivalente a un cuarto del 1% de la Tierra. ¡Es más pequeño incluso que nuestra Luna! Hablamos de una pequeña y solitaria bola de hielo que fue descubierta en 1920, pero que no fue oficialmente admitida como planeta por la Unión Astronómica Internacional hasta 1999. Incluso hay quien defiende que fue aceptado como tal porque es el único de los nueve planetas descubierto por EEUU. En todo ese tiempo, el debate sobre si lo que en un tiempo fue considerado Planeta X, es o no, precisamente, un planeta. En su debe está que en nuestro Sistema Solar hay hasta siete lunas, incluida una suya, que son más grandes que él. No se sabe ni de qué está hecho, ni cuál es su atmósfera, ni siquiera dónde estará dentro de unos días.

Porque lo cierto es que esa lista de nueve planetas que nos muestran los libros escolares puede no estar ni mucho menos cerrado. En el verano de 2005 se descubrió en el cinturón de Kuiper, situado también dentro de nuestro Sistema Solar, un cuerpo al que se bautizó como 2003 UB. En febrero pasado, ‘‘Nature’’ informaba sobre su tamaño, 3.100 kilómetros de diámetro, frente a los 2.300 de Plutón. Es decir, el objeto más grande localizado en nuestro sistema desde que en 1846 fuera descubierto Neptuno. Orbita y hasta tiene luna. ¿Estamos ante el futuro décimo planeta?

Y es que lo que hasta no hace mucho se consideraba algo inamovible, ahora muchos científicos ponen en cuestión, dado los nuevos cuerpos que el Sistema Solar nos muestra a cada paso que dan nuestros grandes telescopios. Desde este lunes, en Praga, los estados miembros de la Unión Astronómica Internacional (UIA) empezarán a analizar los informes de una comisión especial que trabaja desde hace tiempo en dar una definición de planeta. De lo que no cabe duda es de que si la nueva descripción es aceptada, esos mismos libros de texto deberán ser corregidos.

¿Se guiará esta definición por el tamaño, por su órbita, por su composición, por tener satélites? El secretario general de la UIA, Oddbjorn Engvold, comentó hace semanas a la web Space.com que la definición no se limitaría a un criterio, sino que conjugaría varios elementos, como masa, origen, características y tipo de órbita. Quizá, como algunos piensan, además de estos elementos, el tamaño marque la diferencia entre ser y no ser planeta, y para ello se tome como referencia el de Plutón. Algo, que podría abrir la puerta a otros, como el citado 2003 UB y quién sabe si quizá a otros muchos más cuerpos conocidos como transneptunianos o plutinos, de los que se han localizado ya un millar. Puede haber muchos más, aunque el problema es que no los vemos. Para hacerse una idea, su reflectividad a la luz viene a ser la de un 4% de la del carbón y estamos hablando de distancias de más de 6.000 millones de kilómetros.

Puertas abiertas

Pero hasta que la Unión Astronómica Internacional se pronuncie, algo que podría hacerse público en setiembre, lo que tenemos es la concepción clásica de planeta, que nos habla de un cuerpo que gira en torno a una estrella siguiendo una órbita bastante circular y que no se trata de un cometa. Otra puerta que puede abrirse con la nueva definición que se debate es que si bien ésta se va a centrar en los cuerpos del Sistema Solar, tal vez ayude también a los astrónomos que miran más lejos, buscando planetas alrededor de otras estrellas. Han descubierto más de 150 y ya han surgido polémicas: la definición de la condición planetaria basada en su masa daría entrada a otros cuerpos pequeños y oscuros, las enanas marrones, aunque no estén en órbita de estrellas.

El 3 de agosto, el Observatorio Europea Austral con sede en Chile, informaba del descubrimiento de dos planetas sin estrella madre vagando errantes y juntos. Separados por una distancia equivalente a seis veces la que hay entre el Sol y Plutón, se ubican en la llamada región de formación estelar de Ofiuco, a unos cuatrocientos años luz de nuestro Sol. El mayor de ellos tiene, por ejemplo, un tamaño catorce veces mayor que Júpiter, el gigante de nuestro Sistema Solar. Los astrónomos que han descubierto a estos «gemelos» no dudaban en afirmar que «estamos resistiéndonos a la tentación de definir esta pareja como planeta doble, pues probablemente se haya formado en un proceso diferente a los planetas de nuestro Sistema Solar». Lo dicho, la puerta está abierta, si es que la definición de planeta cambia. -

GASTEIZ