BEIRUT
La masiva invasión terrestre anunciada iniciada el sábado se ve incapaz de detener el lanzamiento de cohetes por parte de Hizbula, que ayer lanzó el mayor número de misiles en una jornada desde el comienzo de la agresión el 12 de julio, más de 250, según confirmó el propio Ejército israelí por boca del general Yitzhak Guershon. Al menos un israelí habría muerto en estos lanzamientos.El importante número de cohetes lanzados confirma las dificultades israelíes para controlar el sur libanés pese a la masiva invasión. Así, France Presse indicó ayer que la feroz resistencia libanesa bloqueba los esfuerzos de los invasores para dominar lo que ellos llaman zona tapón hasta el río Litani.
Los combates se centraban ayer alrededor de la localidad de Ghanduriye, un alto estratégico sobre el Litani al este de Tiro, además de en Yater, a seis kilómetros al norte de la frontera, donde el sábado fue derribado un helicóptero israelí.
Los israelíes alcanzaron el sábado sin «grandes dificultades» Ghanduriye, pero ayer no pudieron avanzar un metro, según fuentes policiales.
En Yater, los israelíes se esforzaban en recuperar los cadáveres de los cinco ocupantes del helicóptero, que según testigos retrasó los planes para avanzar israelíes.
Entretanto, la resistencia libanesa afirmó ayer en dos comunicados que sus combatientes «mataron o hirieron» a más de 25 soldados israelíes en las cercanías de la localidad de Aita al Shaab, sector occidental en el sur del Líbano.
Un primer comunicado, difundido por la televisión Al Manar aseguró que «los muyahidin tendieron una emboscada a fuerzas del enemigo integradas por 30 soldados que intentaba entrar en Aita al Shaab, causando 10 víctimas entre sus filas». «El resto de los soldados del enemigo entraron en una vivienda para protegerse, pero fueron atacados por los muyahidin». Otros 15 soldados enemigos resultaron muertos o heridos», agrega.
Otro comunicado, también difundido por Al Manar, afirmaba que un soldado israelí «fue alcanzado por un francotirador de la Resistencia mientras intentaba salir de la vivienda». Al Manar también informa de «violentos enfrentamientos» en Sahl el Jiam, Adisa, Al Bayada y Abu Al Tauil.
Uno de los comunicados aseguraba que los combatientes destruyeron cinco carros de combates israelíes mientras intentaban retirar otros dos tanques que habían quedado dañados el sábado en Sahl el Jiam.
En el sector oriental, la aviación lanzó duros bombardeos contra Qiam. Según la Policía, la infantería y los tanques israelíes trataron de asaltar la población durante toda la noche y renunciaron al amanecer ante la resistencia de los milicianos.
Israel reconoció ayer que el sábado perdió a 24 soldados, los cinco tripulantes del helicóptero y otros 19 militares.
Ayer, el Tsahal anunció la muerte de cinco efectivos y otros 25 heridos.
GARA
NUEVA YORK
El Gobierno de EEUU participó de cerca en la planificación de la agresión militar israelí contra Hizbula. Planes que comenzaron a tomar cuerpo antes de que la resistencia capturara a dos soldados israelíes en territorio libanés, así lo asegura la revista The New Yorker en su última edición.
Según el periodista estadounidense Seymour Hersh, George W. Bush y Dick Cheney estaban convencidos de que un ataque de Israel contra Hizbula disminuiría las «preocupaciones de seguridad» israelíes y, además, constituiría el preludio de un eventual ataque «preventivo» de Estados Unidos a Irán.
Hersh cita a un experto sobre Oriente Medio que no identifica, que indica que Israel tenía un plan para atacar a Hizbula antes del 12 de julio e incluso había adelantado sus intenciones a los estadounidenses. Según esta fuente, Washington tenía buenas razones para apoyar la agresión israelí, ya que un eventual ataque contra Irán pasaba previamente por la destrucción de las armas que Hizbula utilizaría presumiblemente contra Israel.
Otra fuente citada por Hersh explica que antes de la captura de los dos soldados israelíes en territorio libanés, los israelíes habían mantenido una serie de contactos en Washington para obtener «luz verde» a los bombardeos que seguirían a una «provocación» de Hizbula.
«Los israelíes nos dijeron que sería una guerra poco costosa y con numerosos beneficios», señala este experto. «¿Por qué oponerse a eso. Podríamos acosar y bombardear túneles y búnkeres. Sería una demostración para Irán».
Washington desmintió la información.