Iñaki Lekuona
La lanzadera
Una treintena de hombres encapuchados y en uniforme, armados con bates de béisbol y palos, atraviesa la avenida que desde la playa se adentra en la ciudad de Kourou. Quién sabe qué pasa por el cerebro de los legionarios del 3er regimiento de infantería, suponiendo, chiste fácil, que tengan cerebro. A su camino destrozan vehículos y se dedican a propinar palizas a cuantos desgraciados encuentran a su paso. Y cuando se cansan, adiós muy buenas. Ocurrió hace una semana, durante la noche del domingo. Los soldados del regimiento más condecorado de la Legión Extranjera dejaron de ocupar Madagascar en 1973 para plantar su pica en la Guyana bajo dominio francés. Desde entonces sus botas patean aquel territorio y sus habitantes bajo la altísima misión de proteger la lanzadera espacial francesa, una plataforma de 750 km2 al borde de la selva amazónica y que desde hace algunos años sirve a los designios de la ESA, la Agencia Espacial Europea. El episodio kukuxklanesco apenas si se ha visto reflejado en la prensa francesa donde lo interesante de la Guyana es saber cuándo sale propulsado un nuevo Ariane, símbolo de la grandeur eréctil de la France. Desde el Ministerio de Defensa que timonea nuestra querida Michèle Alliot-Marie, sólo palabras de condena, «esto es inadmisible y bla, bla, bla», y la promesa de una investigación interna. Menos mal que parece que el asunto tendrá un seguimiento judicial, porque si es por las autoridades militares la cosa queda en una regañina... a las víctimas de la paliza. El coronel de la Legión Extranjera, Patrick Lassée, declaró sin sonrojarse que, aunque no está bien eso de dar palizas por ahí, los pobres legionarios actuaron casi en defensa propia, porque «muy a menudo son víctimas de agresiones de todo tipo» por parte de la población civil. ¡Qué tierno! Se me saltan las lágrimas, oye. Pobrecitos los legionarios, almas cándidas, animalillos dóciles que no matarían un mosquito, gente bienintencionada... víctimas de los desaires de esos negros maleducados, que los sacaron del Africa por vagos, a ver si aprendían a trabajar y a hacerse hombres en el Ecuador amazónico, y a pesar de haber recibido el honor de la ciudadanía francesa, desprecian a la madre patria y algunos hasta se dicen independentistas, ¡qué incomodo! Claro, necesitaban una lección. Y sólo los soldados de la Legión Extranjera podían dársela. Que vivan la Legión, la France, la Europa y la ESA. Y el espacio interestelar. -
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