BEIRUT

En ese sentido, el futuro de la región se presume muy complicado porque la resolución del Consejo de Seguridad, pese al tufo pro-israelí que rezuma, ha llevado a la región una «paz» tan frágil y la fustración israelí es tan grande, que el propio Olmert dejó abierta la puerta a nuevas agresiones en el futuro. Lo que vendría a confirmar que el régimen sionista no ha alcanzado ninguno de sus objetivos pese a destrozar por completo un país a lo largo de 32 días.

Olmert asumió todas las responsabilidades de la agresión contra Líbano y aseguró que había sido eliminado el «Estado dentro de un Estado» que Hizbula «suponía» en Líbano. Según él, la guerrilla está prácticamente destruida y su confianza está minada.

El mandatario afirmó que Israel perseguirá a Hizbula «cuando sea y donde sea» y que el líder libanés Hassan Nasrallah y otros dirigentes de su organización «no serán perdonados». «Los perseguiremos en todo momento, en todo lugar pues éste es nuestro deber moral, y no necesitamos licencia de nadie para hacerlo». «El Estado de Israel tiene razón, no tiene que justificarse ante nadie», indicó. «Nosotros, hijos del pueblo judío que regresó a su patria después de 2.000 años, tenemos paciencia».

Estas, sin duda, no son palabras adecuadas para celebrar una victoria, y por ello pidió paciencia a aquellos sionistas que creen que la agresión fue corta y no logró destruir a la milicia. Así, Olmert prometió que su Ejército lo hará mejor la próxima vez y abrió las puertas a nuevas agresiones al decir que «podría haber una próxima vez». Antes, probablemente, tenga que negociar con Hizbula la liberación de los dos prisioneros israelíes capturados en territorio libanés, que Israel utilizó para justificar su bárbara agresión.

Entretanto, el Ejército israelí emitió ayer un comunicado señalando que había detenido sus «operaciones ofensivas en Líbano», al tiempo que las primeras unidades de ocupación cruzaban la frontera hacia Israel en el este del país.

Sin embargo, la normalidad no ha vuelto a Líbano. El Gobierno israelí aprovecha las lagunas y la ambigüedad de la resolución 1701 para mantener bloqueado el espacio marítimo y aéreo del país. Asimismo, el Ejército mantiene las restricciones para circular en las carreteras al sur del río Litani, que discurre entre 5 y 30 kilómetros de la frontera.

Los israelíes también mataron ayer a cuatro combatientes de Hizbula en dos incidentes aislados en Beit Yahun y Haddata. Según la versión israelí, los milicianos habían «violado» la tregua y «amenazaban la seguridad» de los invasores.

A mediodía de ayer, el comandante de la Fuerza Provisional de Naciones Unidas en Líbano (FPNUL), Alain Pellegrini, examinó con oficiales libaneses e israelíes la retirada de las tropas de Israel del sur de Líbano.