Maite Soroa
Como en el cuento del Rey desnudo
El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Massimo D’Alema, dijo la verdad más obvia y, como en el cuento del Rey desnudo, algunos se llevaron las manos a la cabeza. Y es que no hay más que decir lo obvio para que los más obtusos se rasguen las vestiduras. Pues dijo D’Alema que ETA es «un movimiento político» y al editorialista de “Abc” casi le da un patatús.Y para reponerse, la emprendió a palos con quien dijo algo tan simple como cierto: «Lo cierto es que la mediocridad que ha demostrado en su gestión política tenía que responder a alguna razón que ayer, por fin, quedó clara: una ausencia de escrúpulos morales y políticos de tal envergadura que le permite obviar el sufrimiento que ese ‘movimiento político’ ha provocado a España». Pero como no hay mal que por bien no venga, el escriba sentado de Zarzalejos aprovecha la ocasión para sacar a relucir lo suyo: «quizá no haya que centrar toda la crítica en la enquencle catadura moral de D’Alema sino en el nuevo estatus que, sin que los etarras hayan hecho ademán alguno de renunciar de manera definitiva a la violencia, el Gobierno del PSOE ha conferido a la banda en aras de que el ‘proceso’ llegue a buen puerto». Como en las fórmulas matemáticas, el amanuense podía terminar diciendo eso de «...que es lo que queríamos demostrar». Como no puede dar crédito a lo que ve y oye, el obcecado editorialista insiste en que «las palabras del ministro italiano son producto de la extrema confusión introducida por Rodríguez Zapatero, que ha hecho que dé la impresión, dentro y fuera de España, de que el Estado de Derecho ha bajado los brazos. Sobran los ejemplos: Batasuna se manifiesta siempre que quiere, el Pacto por las Libertades es papel mojado y la Ley de Partidos lleva el mismo camino; ETA exhibe el terror callejero cuando más le conviene para dar credibilidad a sus amenazas; los empresarios siguen denun- ciando que son objeto de extorsión y en las calles, (en Llodio, por ejemplo) aparecen amenazas contra ediles del PP». Amenaza, lo que se dice amenaza, debe ser pegarle fuego a las txosnas, ¿no les parece? Al final, se muestra desolado: «Lo peor de todo es que
es probable que la vileza de D’Alema no sea una anécdota. Da escalofríos pensar
en cuántas cancillerías estarán manejando la sandez hiriente del ‘movimiento
político’, en consonancia con el fracaso exterior del Gobierno para explicar un
‘proceso’ que, en las actuales circunstancias, no tiene explicación». -msoroa@gara.net
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