Raimundo Fitero
Tolerancia
Parece ser que toda frase que contenga la palabra tolerancia adquiere un valor añadido. Y su contraria, un voto de castidad. Muchas veces se han preguntado los filósofos de casino, los de oficina y los de cátedra, ¿qué es la tolerancia? Y digo sinceramente que me dan demasiado miedo los tolerantes. Un tolerante es alguien que consiente que yo haga algo que él cree que podría impedírmelo, pero que como tiene un día bueno, lo consiente. Me deja. Pues, no, ya vale de tolerantes intolerantes. El día que el gran tolerante se levanta con mal pie, le empiezan a rechinar los considerandos, le salen autos como hostias, prohíbe un derecho individual y colectivo por aquí o cierra un periódico por allá. No a la tolerancia, sí a los derechos.Pero como también estamos los filósofos de vermú dominical, se me plantea una cuestión muy banal. ¿Es lógico que la nietísima del dictador se gane unos cuantos cientos de euros bailando en la televisión pública que pagan los contribuyentes a escote? ¿Es tolerable? Quiero decir, ¿usted la discriminaría por ser hija y nieta de quién es? La memoria histórica no puede quedarse solamente en una búsqueda de fosas comunes y de esquelas nunca publicadas, sino que debe incorporar una visión ética de las consecuencias de la dictadura. Y quienes salían en el No-do con el asesino generalito, deben tener el mismo grado de tolerancia que el que administró su abuelito a millones de sus conciudadanos. ¿Venganza? No, simplemente un poco de por favor. Esto me brota sicóticamente al ver en “Dolce Vita” a una señorita que se hizo famosa en GH, que después siguió siendo famosa a base de revolver sábanas con otros famosos, pidiendo perdón. Es la segunda víbora que pide perdón cobrando caché en pocas semanas, y parece que se instala el concepto católico de la confesión que es una manera barata de limpiar la conciencia. Robas, matas, vilipendias, que después con dos oraciones has lavado tu casillero negativo. Hasta Pepe Rubianes pide perdón. Vale, yo que soy el más tolerante, al menos en materia de cocción del arroz, también pido perdón a todos mis amigos a los que les hice comer alguna vez una paella pasada. -
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