Una muestra recoge tres puntos de vista sobre la esencia de la cultura nipona
Los que estén interesados en la cultura nipona pueden aprovechar el viaje que propone la Galería Moisés Pérez de Albéniz, de Iruñea (Calle Larrabide, 21). En el recorrido a través de las obras más recientes de tres artistas plásticos de larga experiencia, David Rodríguez Caballero, Félix Ortega y Koldo Sebastián, un sentimiento curioso se apoderará del visitante: «Percibirá la hondura y la serenidad de quienes antes que él hicieron ese mismo ejercicio para crear los trabajos».
IRUÑEA
«La realidad cultural de Japón, vista desde Occidente, causa perplejidad, asombro y cierta inquietud, porque el Otro y su plasmación siempre operan como un espejo. El Otro, el que no soy yo, nos interpela no tanto por lo que nos separa de él, sino por lo que en él nos refleja. Por eso, rara vez miramos al Otro. Sin embargo, cada vez que una cultura entra en crisis, recibe fuerzas para hallar la salida en esa acción de mirar hacia fuera. Esa es probablemente la razón por la que, en los últimos años, Oriente en general y Japón en concreto fascina tanto a Occidente».Son palabras recogidas en el texto que ha escrito Juan Zapater alrededor de “Japonesismos”, la muestra que abre el nuevo curso de la Galería Moisés Pérez de Albéniz sumergiéndose en la esencia de la cultura nipona. Se trata de una triple cita, porque las técnicas y los puntos de vista de los autores son dispares. Pero, Japón y la palabra “muga” han unido las obras más recientes de David Rodríguez Caballero, Félix Ortega y Koldo Sebastián en una misma exposición. «‘Muga’ es un término del budismo Zen, una actitud que Suzuki, una de las voces más respetadas del Zen, define como algo cercano al éxtasis sin la sensación de estar haciendo algo. Los tres artistas se han acercado al sentido de la palabra, porque por un instante fueron libres del miedo y vivieron como si no vivieran», explica Juan Zapater. Esa es precisamente la invitación que se le hace al visitante de la Galería Moisés Pérez de Albéniz, que cumple diez años. «Si el espectador se olvida de observar y simplemente actúa, gozará de un fenómeno curioso. En el viaje a través de las piezas, percibirá la hondura, la emoción y la serenidad de quienes antes que él hicieron el mismo ejercicio para crear las obras», afirma. David Rodríguez Caballero ha presentado en Iruñea dos colecciones, una de pinturas y otra de cerámicas, que contrapone los járdines de Japón y de aquí. Félix Ortega, por su parte, ha encontrado la fuente de inspiración en un paso de cebra de Tokio que aguanta todos los días las pisadas de más de dos millones de paseantes, y ha creado una serie de esculturas y pinturas partiendo de esas valientes rayas blancas. Por último, Koldo Sebastián, tras inspirarse en unas tablillas de madera llamadas “Sangaku”, ha realizado pinturas con formas geométricas, utilizando solamente el blanco, el marrón oscuro y el gris. El que quiera conocer la esencia de la cultura nipona mediante todas esas obras lo podrá hacer en Iruñea hasta el 23 de setiembre, de lunes a viernes, de 10.30 a 14.00 y de 17.00 a 20.30.
Ohitura bitxia oinarri
M. I.
DONOSTIA “Sangaku”, Koldo Sebastianen marrazki eta margo bilduma, artistak Japoniara egin zuen bidaia baten emaitza da. «Ekialdekoek eta Mendebaldekook oso desberdin ulertzen ditugu pertsonen arteko harremanak, eta sarri hitz egiten nuen horretaz Akiko itzultzailearekin. Japoniako ohitura bitxi batez mintzatu zitzaidan: zorte ona badute, egurrezko taula batzuetan matematikako buruketak idatziz eta tenpluetan zintzilikatuz eskertzen diete jainkoei. ‘Sangaku’ izena dute taula horiek eta XVIII. mendean asko erabiltzen zituzten», azaldu du Sebastianek. Horietan oinarrituz, sortzaileak geometriaren zehaztasuna eta esker onaren sentimendua elkartu ditu.
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