BILBO
La consejera de Industria del Gobierno de Lakua, Ana Aguirre, anunció ayer que ha solicitado a la multinacional Reckitt Benckiser una reunión urgente para analizar la supuesta irrevocabilidad de su decisión de cerrar la planta de Gueñes y despedir a sus 194 empleados. A pesar de los repetidos casos de cierres de multinacionales en Euskal Herria, la consejera mantuvo que el traslado de esta planta a otros países europeos para reducir costes es la primera de las «deslocalizaciones de libro que se puede producir en nuestro país».
Sin embargo, comparó el caso con una partida de ajedrez que «todavía hay que jugarla. Tenemos que analizar la dimensión industrial del problema sin olvidar, en ningún caso, la dimensión humana de los 194 trabajadores a los que en una zona ya complicada como es las Encartaciones habrá que buscar una determinada salida».
«Hay muchos protagonistas. El propio Gobierno, desde el Departamento de Trabajo, tiene mucho que decir todavía en este tema», añadió la consejera. Aguirre lamentó que ni los trabajadores, ni el comité, ni las instituciones habían considerado esta medida para poder estudiar posibles alternativas. Calificó el cierre como una media «inadecuada» en «una empresa en la que estamos impulsando nuevos valores de la política industrial y de la actividad económica, de buscar proyectos compartidos entre los diferentes agentes».
Apuntó que la empresa tiene beneficios y recordó que hace 13 años recibió una ayuda del Gobierno de Lakua, mientras que de 1994 a 1997 cumplió «escrupulosamente» su plan de inversión.
Beneficios
También la Diputación vizcaína ha solicitado una reunión a Reckitt Benckiser. El diputado de Empleo y Formación, Julio Artetxe, considero que «la decisión parece ser irrevocable y muy pensada, pero sí podemos hacer algo para que lo reconsideren y hacerles ver que Bizkaia es un territorio atractivo para su actividad empresarial». Recordó que Encartaciones ha vivido la reciente amenaza de traslado de Virtisú y dijo acoger con «cierto escepticismo» las razones de tipo logístico esgrimidas por la multinacional para el cierre en Gueñes. Según dijo, «esta planta es tecnológicamente puntera, por encima de otras de Europa, genera beneficios y ha venido generando beneficios año tras año».
Igualmente, el diputado de Innovación y Promoción Económica de Bizkaia, Ricardo Barainka, acusó a la empresa de haber presentado el cierre «con nocturnidad para que se evite que se les presione». En opinión de Barainka, «No es normal. Es una deslocalización para obtener más beneficios económicos y punto».
Por su parte, el alcalde de Gueñes, Koldo Artaraz, afirmó que no hay ninguna razón para este cierre, que calificó como «un duro golpe para el tejido empresarial de la comarca de Encartaciones».
BILBO El secretario general de LAB, Rafa Díez, indicó que el anunció del cierre de Reckit Benckiser es parte de la política de deslocalización de las multinacionales para lograr un mayor beneficio con independencia del coste social. Pidió a los poderes públicos «que no miren hacia otro lado y actúen».
Por su parte, el secretario general de ELA, José Elorrieta, llamó la atención sobre «el carácter irrevocable de la decisión» que «evidencia la capacidad que tienen las multinacionales de tomar de forma unilateral sus decisiones». Estimó que los responsables políticos deben revisar sus políticas industriales para no depender de estas decisiones.
Batasuna recordó que ha recibido ayudas del Gobierno de Lakua y opinó que queda en evidencia «la falta grave de una política industrial que no sea para contentar a las multinacionales» y que la medida «es resultado de la apuesta del tripartito por este sistema productivo». El PSE pidió a la Diputación vizcaína que negocie con la dirección de la empresa para preservar los puestos de trabajo y mantener la actividad de la empresa.
