LA HABANA
El proyecto de declaración final de la XIV Conferencia Cumbre de los Países No Alineados, que está siendo consensuado desde el pasado lunes a nivel de expertos y de titulares de Exteriores, sólo menciona a EEUU al referirse a Cuba, Siria y Venezuela, pero en sus más de 90 páginas mantiene una constante crítica a Washington. Algunos de sus capítulos recogen una virtual descripción de las acciones del Gobierno del presidente George W. Bush en el mundo, sus posiciones en los foros mundiales, sus conflictos bilaterales, sus decisiones unilaterales y los trazos de la época unipolar.
En contrapartida, el Noal abre un ancho carril para reinsertar sus posiciones, que ya no se explican, como en su fundación hace 45 años, por distanciarse de los dos bloques militares de la Guerra Fría, sino por la defensa de la legalidad internacional, el multilateralismo, el relanzamiento del protagonismo del movimiento y su alegato contra lo que resulta un retrato de la política exterior estadunidense, como en la denuncia del uso de la fuerza, las amenazas y las medidas de coerción en las relaciones internacionales.
La Declaración condena «con fuerza e inequívocamente» al terrorismo «en todas sus formas y manifestaciones», pero exige que no se equipare a ese fenómeno con la lucha de los pueblos bajo dominación colonial o intervención extranjera.
Rechaza el uso del término eje del mal (que en el lenguaje estadunidense se aplica a Corea del Norte, Irán y Siria) para señalar estados «bajo el pretexto de combatir el terrorismo», y también impugna la elaboración de listas de gobiernos que supuestamente patrocinan ese fenómeno y que, aduce el texto, son, a su vez, «una forma de terrorismo político y sicológico».
Ataques preventivos
La Declaración objeta «la adopción por ciertos estados de la doctrina de ataque preventivo, incluido el ataque nuclear, que es contrario al derecho internacional».El documento también condena «todas las acciones militares unilaterales o el uso de la fuerza o la amenaza del uso de la fuerza contra la soberanía, integridad territorial e independencia de los países no alineados»; expresa su «profunda preocupación» por la adopción de sanciones de EEUU contra Siria y pide al Gobierno belicista de Bush que las anule definitivamente.
Un capítulo del documento respalda casi línea a línea la posición de Irán en su disputa con EEUU por el programa nuclear. El Noal rechaza «los intentos de cualquier Estado para el empleo del programa de cooperación técnica de la Agencia Internacional de Energía Atómica como herramienta para fines políticos», y ratifica su tesis de eliminación total de las armas nucleares. En una virtual prevención del escalamiento de presiones contra Teherán, los países no alineados rechazan «cualquier ataque o amenaza de ataque contra instalaciones nucleares pacíficas, en funcionamiento o en construcción».
La Declaración llama al Gobierno de Washington «a poner fin al embargo económico, comercial y financiero contra Cuba». Expresa su «profunda preocupación por la naturaleza extra-territorial» de la represalia y por su reciente reforzamiento; reclama a EEUU la devolución de Guantánamo; el cese de las «transmisiones agresivas de radio y televisión» contra la isla y considera esas medidas como «una violación de la soberanía de Cuba y una violación masiva de los derechos humanos de su población».
En otra mención a EEUU, el texto respalda al gobierno del presidente Hugo Chávez, reconoce que hay garantías para unas elecciones creíbles y transparentes en diciembre próximo, manifiesta preocupación por las «políticas agresivas del Gobierno» de Washington contra Venezuela y reivindica el «inalienable derecho» de ese país a determinar su forma de gobierno y «escoger su propio sistema económico, político y social, libre de intervención externa, subversión y coerción».
