DONOSTA
El portavoz de la Diputación de Gipuzkoa, Koldo Azkoitia, admitió ayer que en un territorio con una alta densidad de población como el guipuzcoano será difícil construir la incineradora a más de 2 kilómetros de un núcleo urbano y aseguró que, además, ésta no es «una condición ‘sine qua non’».
Azkoitia indicó en rueda de prensa que la distancia a la que debe instalarse la planta de quema de basuras de un núcleo de población es un «aspecto que hay que cuidar», aunque afirmó que no existe ninguna norma o reglamento que establezca el mínimo en 2.000 metros.
Manifestó que, incluso, existen precedentes en algunas sentencias que descartan ese condicionante para ubicar una incineradora.
No obstante, recalcó que no es la institución foral, sino las mancomunidades y ayuntamientos los que deben decidir su emplazamiento «de la forma más consensuada posible».
El portavoz foral dijo que los informes técnicos «corroboran algo que parecía evidente», que la zona de Landarbaso, en Donostia, no es la más adecuada para instalar la planta. Señaló que, por ello, no fue nunca barajada hasta que la propuso el alcalde donostiarra, Odón Elorza, junto con los terrenos de Zubieta, también en la capital guipuzcoana, que sí fueron tenidos en cuenta desde un principio.
Explicó que los informes que analizan la propuesta de Elorza no han sido dados a conocer oficialmente porque están pendientes de un dictamen del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Lakua, pero aseguró que el alcalde está siendo «puntualmente informado» de los pasos que se van dando.
El portavoz foral precisó que seguramente a finales de este mes esos estudios estén a disposición de todas las partes.