DONOSTIA

«Es imposible mantener un nivel totalmente homogéneo, depende de las películas que hay en el mercado y de las que se pueden conseguir», señaló el responsable del Zinemaldia.

Además, destacó que no se puede pretender que todos los años la cosecha sea la misma, especialmente cuando como ahora «la asistencia al cine está cayendo en picado», lo que afecta también a los festivales, porque las distribuidoras independientes, «proveedoras en gran medida de las diferentes secciones, están pasando momentos duros».

Olaziregi no hace referencia a la visita de más o menos estrellas del celuloide al festival ­menos que más en las últimas ediciones­ cuando habla de las señas de identidad del certamen, que se quiere seguir apoyando en la apuesta por el cine arriesgado y de calidad, por propuestas independientes como la que abrirá el 21 de setiembre la 54 edición: “Ghost”, de Nick Broomfield, un «falso documental» basado en una historia real.

Indicó que con las dieciséis películas a concurso este año se ha logrado, además de mostrar «todo tipo de lenguajes cinematográficos, un equilibrio entre directores muy consagrados, como John Boorman, Tom DiCillo, Agnieszka Holland o Hirokazu Kore-eda, y jóvenes realizadores, entre ellos algunos que empiezan a ser habituales en los festivales de cine, caso del coreano Im Sang-soo».

El Zinemaldia ajusta sus actividades a los seis millones de euros que tiene de presupuesto ­cuatro menos que Venecia y la mitad de los que contará el nuevo Festival de Roma, según comentó Olaziregi­, una cantidad con la que su director afirma que se garantiza una selección de filmes «digna y competitiva» con relación a los certámenes con los cuales se mide el de Donostia. Añadió que cualquier aumento de presupuesto siempre daría la posibilidad de abordar otro tipo de proyectos y actividades en los que ahora «desgraciadamente no desea pensar porque no existe el dinero». Destacó que se está consiguiendo que en el círculo de los festivales se considere de forma muy positiva la logística y la buena organización del certamen donostiarra. «Todo el mundo habla también de lo 'friendly' que es San Sebastián con todos los directores, actores y miembros de la industria que acuden a presentar sus películas», aseguró. Olaziregi se siente muy satisfecho del «jurado de lujo» que decidirá el palmarés de esta edición, presidido por la actriz francesa Jeanne Moreau e integrado, entre otros, por el escritor y Premio Nobel José Saramago, las directores Sara Driver e Isabel Coixet y el actor Bruno Ganz.

También de los premios Donostia de este año, Max von Sydow y el estadounidense Matt Dillon, que con 42 años es el actor más joven que recibe el galardón, pese a lo cual Olaziregi defiende la elección por su larga carrera y su perfil de «gente inquieta» que, al igual que a su colega sueco, le ha llevado a tocar «el palo« de la dirección. Los dos visitarán Donostia ­condición imprescindible para recibir el premio­ como también lo harán para presentar sus películas todos los directores de la Sección Oficial, además de los realizadores Oliver Stone y Alejandro González Iñarritu, y actores como Diane Kruger, Steve Buscemi, Clive Owen o Nathalie Baye. Habrá más nombres que se sumen en los próximos días, pero para eso habrá que esperar, pues Olaciregui no quiere adelantar ninguno de la lista de los posibles hasta que no se produzca la definitiva confirmación.