Se pueden imaginar cómo trinaba la prensa de ayer después de la aparición de los tres militantes de ETA en Aritxulegi. Cada cual, además, le dió una interpretación distinta al hecho en sí.Justino Sinova, en “El Mundo”, clamaba que «el Gobierno está dormido y necesitamos que se entere. Está perdiendo un tiempo precioso, está dando alas a los terroristas, está perjudicando seriamente a la Nación». Y el editorialista de Pedro J. no se conformaba con la crítica. Pedía cabezas:«el acto del sábado en Guipúzcoa es un delito terrorista de amenazas con exhibición de armas. En vez de dedicarse a rebajar su trascendencia, la prioridad de un Gobierno democrático ha de ser mostrar su voluntad de detener a los organizadores». Pues vaya idea...
Y en “Deia” acreditaban que especular es gratuito. En su editorial, el pensador de la casa sentenciaba:«Está por ver alguien debiera explicarlo si los encapuchados hablaban en nombre de ETA». No tengo datos, pero no parecían hablar en nombre del EBB, ¿verdad?
Y el editorialista de “Abc” pedía que todo se arroje por la borda. Y cuanto antes, además:«la insistencia del Gobierno en un optimismo vacío de contenido y en una esperanza que revela más una angustiosa dilación del fracaso de este proceso que una expectativa de paz justa y digna, sólo aumentan las posibilidades de que el Estado no se encuentre en condiciones de responder a la nueva ETA que se ha formado en este tiempo de tregua, aprovechando la quietud del Estado, sin apenas detenciones, con escasa presión judicial y sin tener que hacer frente a beligerancia política alguna por parte del PSOE y del Ejecutivo. Si el Estado no está en tregua, no hay que esperar más». Esa insistencia debiera ser suficiente para que ZP no siga las instrucciones de la derechona, ¿no creen?
Y “El País” trataba de rebajar el tono de la polémica
casi en plan paternalista:«si existe un bloqueo en el proceso, como dice
Batasuna, no parece que las botellas incendiarias y la exhibición de fusiles de
asalto sea la forma de desatascarlo. ¿O piensan que tras ese alarde los demás
partidos y el Gobierno modificarán su nivel de exigencia? Zapatero recordó ayer
lo elemental: que no puede haber diálogo sin respeto a las reglas de juego
democráticas, que incluyen la desaparición de la violencia (...) el silencio de
los jefes de Batasuna fue lo más inquietante de la jornada». Se hablará aún
sobre el asunto. - msoroa@gara.net