Volvamos al principio, sigue emitiéndose “Informe semanal” y lo hace con los mismos estándares de calidad y formalidad. Los temas elegidos, como todo en estos momentos, corresponde a la ubicación geo-estratégica de cada micro individuo, o sea, se vive en sota, caballo y rey. Y princesa. Jaime Peñafiel estuvo más de una hora vendiendo su libro sobre Letizia en “Dolce Vita”, aguantando mientras La Sexta emitía el partido de fútbol, y colocando su capacidad intelectual al servicio de cosas tan importantes como que en una joyería de Palma de Mallorca la tal Letizia, ex de Urdaci, le dijo a la Reina que se diera prisa. Y eso demostraba dos cosas: que es una plebeya que no ha entendido su función y situación jerárquica, y dos, que tiene muy mal carácter. Yo de verdad, escuchar estas disquisiciones, tan bien argumentadas, con preguntas tan sinuosas del equipo habitual de tertulianas, era como para pensar que la profesión de periodista es la que mayor degradación está sufriendo en los últimos tiempos. Y los casos son muchos, variados, y dan para todos los géneros o secciones.

Inmigración, fútbol, Pantoja y sus circunstancias y proceso, siempre en negativo. No pida más a las televisiones. Ni a las radios. Ni a los periódicos. Estamos en el tiempo de los temarios cortos. Y repetitivos. Porque lo de los cayucos, las pateras, esta oleada de seres humanos en migración de la pobreza y la desesperación a la ilusión y la opulencia no debe parcelarse de tal manera como ahora intenta hacerlo. Es obvio que son casos individuales, que cada uno de ellos toma sus determinaciones, sus decisiones. Pero tampoco hay que aislar los casos, ya que forman parte de un desequilibrio global, de unas necesidades y de un trasiego de mercancías y mano de obra. Los reportajes que están ofreciendo en televisión se fijan demasiado en las circunstancias particulares, como si quisieran tapar el bosque de la situación compleja y enrevesada que sufren los pueblos que siguen siendo expoliados desde los centros de poder occidentales. Es un movimiento colectivo que llega por mar, pero menor en cantidad que el que llega por tierra y aire. Y no salen en la tele. -