WASHINGTON
El presidente del Gobierno colaboracionista de Irak, Jalal Talabani, se pronunció a favor de na presencia militar estadounidense indefinida, que justificó por la «necesidad» de impedir «ingerencias extranjeras».«Yo creo que tendremos necesidad de las fuerzas americanas a largo plazo, además dse bases militares para impedir interferencias extranjeras», señaló Talabani en declaraciones al “The Washington Post”.
Consciente de la creciente impopularidad entre el electorado de EEUU de la presencia de sus soldados en el cenagoso pantanal iraquí, el presidente del Ejecutivo de Bagdad matizó que «yo no pido 100.000 soldados, 10.000 y dos bases aéreas serán suficientes».
Como líder de una de las dos principales formaciones políticas kurdas, Talabani apuntó a que las bases podrían estar instaladas en el Kurdistán Sur, enclave independiente «de facto» desde la Guerra del Golfo de 1991, situación que no ha variado desde la ocupación de Irak.
Consciente de que concentrar la presencia militar estadounidense en Kurdistán Sur acentuaría, más si cabe, el actual proceso de secesión del enclave kurdo y la animadversión de parte de la población iraquí, Talabani sugirió que la población sunita iraquí sería favorable a una presencia militar estadounidense a largo plazo en el país.
«Bajo ciertas condiciones, los sunitas quieren que los americanos se queden señaló. Los sunitas creen que actualmente su principal enemigo proviene de Irán», añadió.
Conscientemente o no, el presidente del Irak ocupado confirmó que los nunca ocultados planes estadounidenses de mantener una presencia en Irak son los principales beneficiarios de la actual violencia sectaria, entre chiítas y sunitas, que asola al país.
El problema no es la presencia sino su coste, económico y en vidas humanas. El general estadounidense Joohn Abizaid avisó la semana pasada que no se puede contar con una reducción de tropas (147.000 efectivos) antes de primavera. Justificó el parón en sus planes de reducción en «la explosión de violencia y los problemas en la configuración del Gobierno» en el país ocupado.
No es ya que no haya reducción, sino que el Pentágono tiene problemas para relevar a sus tropas. Así, acaba de anunciar una ampliación del período de servicio de unos 4.000 soldados destinados en Ramadi y que deberían estar en casa.
Declaraciones, desmentidos y prórrogas que coinciden con las duras críticas al jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, por parte de altos mandos militares estadounidenses retirados. El general Paul Eaton tildó a Rumsfeld de «incompetente estratégica, operacional y tácticamente (...) Rumsfeld y su equipo próximo debe ser reemplazados o aún tendremos otros dos años de decisiones extraordinariamente malas», añadió.
Críticas que coinciden con la difusión de inteligencia que reconoce que la invasión de Irak ha alimentado al islamismo armado y que alerta de que el «terrorismo» ha aumentado desde los ataques del 11-S.